Degustar los productos de la tierra y el mar promocionando el distintivo del Peix de Santa Pola, e incentivar la actividad hostelera en temporada baja. Ese es el objetivo que se marca la novena edición del «Tapeix», un concurso de tapas que arrancó el viernes y en el que 15 restaurantes ofrecerán hasta el 11 de marzo un par de platos que reflejen la identidad de su establecimiento, por dos euros la unidad.

Esta iniciativa parte del Ayuntamiento en colaboración con la Asociación Empresarial de Hostelería y Ocio de Santa Pola, y para participar en esta ruta gastronómica se acordó que los hosteleros tuvieran que presentar como mínimo un plato bajo el sello del Peix de Santa Pola.

Los hosteleros señalan que el día de arranque fue flojo, pero algunos durante el fin de semana llegaron a servir 100 tapas. «Acude gente que nunca ha pasado por aquí, tanto de municipios cercanos como franceses e ingleses que tienen estancia en el camping y Gran Alacant», explica Raimundo Gilabert del restaurante Boulevard Puerto.

Aprovechando que es temporada baja para los hosteleros, esta iniciativa es un revulsivo «que también nos permite romper la rutina. Si no fuera por el concurso no hubiéramos repartido doce pinchos en la primera mañana de arranque», comentaba uno de los chef del restaurante Capricho, que lleva años presentándose a este concurso porque consideran que es una manera de atraer a otros públicos diferentes.

Los vecinos de Santa Pola, además, reconocen que esta ruta del tapeo incentiva que ellos mismos recorran el municipio y se salgan de los sitios de referencia que tienen habitualmente. «Como es la novedad los amigos hacemos los planes por aquí para ver qué nos ofrecen en cada bar», señala Marisa Bernabé, vecina de Santa Pola.

Por otro lado, hay restaurantes que han vuelto a animarse después de dejar de participar en algunas ediciones, porque consideraban que la iniciativa no era rentable para los bares debido a que los precios de las tapas eran más baratos y este servicio se solapaba con los menús, ya que se organizaba en fechas próximas a la Navidad o el verano cuando la actividad se dispara. «Se hacía con el afán de movilizar a la gente por los bares, pero ahora nos podemos permitir bajar el volumen de tapas y trabajarlas mejor para optimizar el servicio», comenta Pascual Martínez, de La Barra del Castell.

De este modo el turismo busca la desestacionalización y se abre la posibilidad de que acudan más visitantes que prueben el producto autóctono a través de estos treinta platos dispares que conjugan la tradición del mar con la innovación. En cada uno de estos comercios los visitantes pueden recoger la guía que muestra el directorio de restaurantes y la ubicación donde podrán sellar los platos degustados, aunque es necesario un mínimo de ocho para entrar en el sorteo de varias cenas para dos personas.

Seis de los quince restaurantes que participan en el concurso fueron galardonados recientemente por la Concejalía de Turismo con la «Estrella de Mar», un distintivo que premia el esfuerzo de los hosteleros por incrementar la calidad del servicio, y que valora, entre otras cuestiones, el manejo de los idiomas.