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Un lavado de cara como revulsivo para el Mercado de Santa Pola

El Ayuntamiento derriba los muros de tres puestos para ampliar las instalaciones con el fin de hacerlas más atractivas a los emprendedores y fomentar actividades alternativas

Los operarios municipales trabajan en las obras de acondicionamiento del interior del Mercado Central de Abastos. MATÍAS segarra

Un lavado de imagen para actualizarse a los nuevos tiempos y atraer a nuevos comerciantes con la cultura como complemento. Ese es el plan que tiene previsto el Ayuntamiento de Santa Pola para el Mercado Central, infraestructura municipal que durante los últimos días está experimentando un cambio conceptual con unas obras que darán un nuevo aire a este espacio que con el tiempo se ha visto limitado en cuanto a ventas y clientela, apuntan los comerciantes. Así, estas obras de carácter menor se están acometiendo en varias fases y consisten en el derribo de los muros de tres puestos para que el espacio de las instalaciones se aproveche más, y, por lo tanto, sean espacios atractivos para quienes quieran emprender una actividad económica en este entorno tradicional. Además del acondicionamiento teniendo en cuenta que uno de ellos está sin ocupar, el segundo necesitaba una ampliación para que el comerciante tuviera más margen de maniobra para trabajar y el tercero, situado en el ala central, irá destinado como espacio cultural que acogerá conferencias, exposiciones itinerantes y torneos de juegos como el ajedrez, además de pequeños conciertos acústicos como el que se celebrará el próximo 10 de marzo por parte del grupo local de pop rock No Name. Por otro lado, el tercer puesto que se queda vacío se utilizará como biblioteca para hacer trueque de libros, «una manera de dinamizar el espacio hasta que encontremos a alguien que quiera ocupar el puesto», señala Samuel Ortiz, concejal de Comercio.

En este sentido, los comerciantes aprueban estas iniciativas para fomentar la cultura de un espacio que consideran que se ha quedado relegado en los últimos años, teniendo en cuenta que las grandes superficies han absorbido una parte importante de la clientela, «y que sólo permanecen los fieles», apunta Tere Vives, que tiene desde hace años un puesto de venta de carne y considera que hace falta hacer un llamamiento a la juventud, «para que recuerden aquella infancia en la que venían con sus abuelos a comprar, y que se acuerden de nosotros para que el mercado no muera», asiente. No obstante, cree que es difícil que se produzca una renovación con jóvenes comerciantes, «porque los que quedamos lo hacemos por tradición», señala.

Por otro lado, se está intentando dar un enfoque complementario al Mercado, con iniciativas como la de Paqui Miralles, que fue de las últimas en instalarse y lo hizo como tapería y lugar de pinchos. Sin embargo, no ha terminado de despegar esta actividad porque son pocos los clientes que la visitan y ahora va a apostar por las comidas para llevar.

Estas obras finalizarán la próxima semana y desde el Ayuntamiento estudian la manera para fomentar el consumo en el recinto, por lo que plantean la ampliación de zonas de aparcamiento en el entorno del Mercado. Además, el cambio más grande de la infraestructura vendrá con la remodelación del ala izquierda, donde se ubicará la radio comunitaria.

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