El puerto de Santa Pola está viendo como sus grandes barcos están disminuyendo poco a poco. El sacrificio del trabajo en el mar, las trabas legales y el descenso de los precios del pescado, son los principales encargados de que el número de embarcaciones se haya reducido en los últimos 50 años. Pero, la pesca se ha adaptado. Quedan pocos barcos de los que pasaban meses en mitad del mar. En contraposición, en el puerto de la villa marinera, ha aumentado el número de embarcaciones de artes menores.

A pesar de los cambios, la flota de Santa Pola continúa siendo la mayor de la provincia y la Cofradía de Pescadores de la localidad es la segunda más grande de España. De hecho, actualmente hay 84 embarcaciones que pertenecen a esta institución, además de 74 armadores y 316 tripulantes.

La cofradía ha sufrido un descenso del número de embarcaciones en los últimos 50 años. Así, en los años setenta, el número de barcos que faenaban en Santa Pola era de 128, de los cuales, la totalidad era de arrastre, que son las que tienen una red en forma de bolsa de la que tiran, a una velocidad considerable, y consiguen que los peces, mariscos y demás animales de mar queden atrapados.

En la década de los ochenta, los barcos continuaban siendo de arrastre, pero empezó a reducirse el número. En diez años, el puerto disminuyó en 28 la cantidad de embarcaciones de arrastre. En los años noventa, prácticamente, se mantuvieron, ya que solo fueron cuatro los grandes barcos que se marcharon del puerto de la villa marinera. Sin embargo, es en este momento cuando comienza a crecer la cantidad de armadores, los dueños de las embarcaciones, que pasan de ser personas físicas a empresas. En los ochenta aparecen los primeros buques de artes menores, los que se dedican a la pesca en cantidades inferiores y continúa el descenso de las embarcaciones. Sin embargo, en el 2007, aumenta el número de barcos y se produce un incremento de las naves más pequeñas. Por esta época, en el puerto de Santa Pola, había 32 barcos de arrastre y 48 de artes menores.

De los 84 barcos que hay actualmente en Santa Pola, 32 son de arrastre, 48 de artes menores, y los cuatro restantes, son de grandes dimensiones. El principal problema que sufren, según destaca la secretaria de la Cofradía de Pescadores de Santa Pola, Loreto Fuentes, son los requisitos burocráticos, ya que tienen inspecciones de seguido y cada vez les piden más documentación. Además, para poder cumplir con estos requisitos administrativos, han de perder días de trabajo, en una profesión en la que el día que no salen al mar, no pueden vender y, por tanto, no cobran. Así, la cofradía es un apoyo para los trabajadores, ya que aquellas gestiones que no necesitan de la presencia del interesado, son gestionadas por los empleados de la cofradía.

Estas no son las únicas dificultades, ya que el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca ha cofinanciado unas ayudas para el desguace de buques pesqueros destinadas a la paralización definitiva de su actividad pesquera. Los barcos que soliciten la paralización definitiva ya no pueden volver a faenar. No en vano, tampoco se construyen barcos nuevos por lo que según señalan desde la Cofradía de Pescadores de Santa Pola, lo que se consigue es reducir el número de barcos y, por tanto, la competencia en el mercado.

De este modo, en el puerto de Santa Pola hay varios barcos que quieren acogerse a estas ayudas porque ya no les sale rentable salir al mar debido a que tienen muchos gastos, la gasolina está muy cara y el pescado se compra a precio muy bajo.