Los sistemas hidráulicos de Crevillent podrían tener una segunda oportunidad en poco tiempo, con un nuevo plan que lo ponga en valor y que podría financiar la Diputación. Las obras de rehabilitación del puente de los Moros, frente al Molí dels Carafals, están avanzadas y podrían finalizarse el próximo mes. En septiembre se retomaron los trabajos de esta obra hidráulica que al inicio de las actuaciones se encontraba en la ruina, con partes en riesgo de desprendimiento.

Las labores se están centrando en la restauración de la superficie agrietada y el refuerzo de la estructura y la cimbra. En 2015 comenzaron estos trabajos por parte de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento, con una inversión final de 213.000 euros, 50.000 euros más de lo esperado, ya que las obras tuvieron que paralizarse para redactar otro proyecto complementario que reforzase la seguridad de los operarios, debido a que el acceso al puente es peligroso por situarse junto al barranco de La Rambla.

Esta acometida podría ser, esperan desde el Ayuntamiento, un paso previo para poner en valor el patrimonio hidráulico de Crevillent, hasta la fecha en estado de abandono. Así, al hilo de esta inversión, el organismo provincial se ha comprometido a incluir en los próximos presupuestos de 2018 una partida reservada para elaborar conjuntamente con el Ayuntamiento un plan director que sirva de diagnóstico de los déficits que tiene el área de Els Pontets. La posibilidad de realizar este plan lleva ya dos años sobre la mesa de la Diputación, desde que el Ayuntamiento hizo la propuesta, pero al parecer será finalmente contemplada porque figura en el anteproyecto de los próximos presupuestos.

Según el alcalde de Crevillent, César Augusto Asencio, «es necesario este plan porque hasta la fecha no hay ninguna evaluación de protección y valoración de los qanats árabes. Lo único que se tiene son catas de historiadores locales que hicieron por su cuenta». Este estudio en profundidad sentará las bases de la riqueza del entorno donde se hayan restos de construcciones hidráulicas de distintas épocas como la andalusí, con molinos de harina, pozos de agua abandonados o canales de conducción, como tres qanats en los extrarradios del municipio, que en su momento recogían el agua de la sierra en tiempos de sequía y la distribuían entre las cosechas y viviendas, hasta que el desarrollo urbanístico dejó en desuso estas construcciones históricas a mediados del siglo XX.

El fin último de este plan director será, según fuentes municipales, el que sirva como estrategia para conservar la zona, que marque los puntos a seguir para restaurar lo que se ha destrozado y que se planifique cómo conseguir que el entorno sea visitable y accesible al ciudadano.

Por otro lado, si se materializa el acuerdo, se tiene previsto que haya un nexo de unión con el yacimiento arqueológico de Penya Negra, de manera que se instalará un centro de interpretación que explique al visitante la historia del patrimonio hidrológico y arqueológico de Crevillent.