Las 98 vivendas de Crevillent ya son historia. El edificio en ruinas de la calle Uruguay ha dado paso a un solar totalmente vacío y, por lo que parece, sin rumbo. Hace unos días los operarios contratados por el Consell finalizaron las actuaciones de limpieza de escombros en la zona norte de la localidad, en el conocido como barrio de los Molinos de Crevillent, después de que el pasado mes de julio se iniciaran las obras de demolición sobre las 47 viviendas en estado de ruina que aún quedaban en pie, recordando el fracaso de un proyecto de viviendas sociales.

Esta actuación deja un área deprimida de 23.000 metros cuadrados, formada por un solar vacío de titularidad pública y un bloque de pisos privados anexo, en la calle Bécquer, con 37 viviendas afectadas por el deterioro del entorno.

Ahora los interrogantes se dirigen hacia qué se puede hacer con este solar vacío. En este sentido, según el concejal de Obras y Vías Públicas, Manuel Moya, «hay que regenerar el barrio y dotarlo de cierta calidad urbanística, pero hasta el momento no hay ninguna propuesta por parte de la Generalitat, ni hay una partida para hacer inversiones».

Desde la oposición, partidos como Compromís per Crevillent proponen al Ayuntamiento que se trabaje en un proyecto viable y realista a medio plazo, y que se inicie un período de reflexión para que haya consenso. «Se puede aprovechar incluso el marco de los trabajos que se están realizando en torno a la petición de los fondos (EDUSI). Ya propusimos que estos fondos europeos estuviesen destinados a la regeneración integral de la zona norte» señala José Manuel Penalva, portavoz de esta formación política.

En 2008, la Conselleria de Urbanismo y Vivienda anunciaba a bombo y platillo que se demolería y se volvería a reconstruir toda la zona de las 98 viviendas. Entonces se anunció un macroproyecto, con una inversión de más de 27 millones de euros. Este plan incluía los edificios propiedad del Instituto Valenciano de la Vivienda, además de los pisos de titularidad privada anexos, que se han visto afectados por la degradación del barrio, ante el fracaso del proyecto social llevado a cabo por la Administración.

En febrero de 2010 el Ministerio de vivienda anunciaba que invertiría más de 50 millones de euros en la construcción y rehabilitación de 2.676 viviendas en la Comunidad Valenciana. En ese paquete de inversiones el «grupo Uruguay», que compone toda la zona norte degradada de Crevillent. Esta área recibiría 8,9 millones del Gobierno Central y 4,9 de la Generalitat para la demolición y posterior construcción de 166 viviendas. El resto, hasta llegar a los 27 millones necesarios para llevar a cabo la reconstrucción del barrio, iría a cargo de los propietarios.

Un año después, en 2011, el proyecto quedaría paralizado temporalmente por el Ministerio de Vivienda y la Generalitat, como consecuencia de la crisis, quedándose la zona de Los Molinos sin su renovación urbana en el entorno que conformaban los bloques de las 98 viviendas, propiedad del Instituto Valenciano de la Vivienda (Ivvsa), además de los edificios privados de la calle Bécquer, Uruguay y anexos.

Ahora, una vez que se ha demolido el último de los edificios que quedaba en pie, parece que nadie sabe lo que va a pasar.