«Llevo toda la vida comprando en el mercado. Ya era una niña y venía con mi madre. Me gusta el ambiente. Los demás buscan lo más barato, pero yo tengo mis proveedores de siempre». Así se expresa Casilda, que lleva 40 años comprando en el mercado de abastos de la villa marinera. Aunque existe fidelidad entre cliente y comerciante, resulta complicado atraer a los que ya nacieron con el chip de llenar el carro en las grandes superficies, y, pese a las facilidades municipales para instalarse en el zoco, hay puestos vacíos que «dan mala imagen», según los propios comerciantes.

Para intentar revertir la situación, la Concejalía de Mercados ha desarrollado para este mes de noviembre una serie de actividades culturales y artísticas como antesala al veinte aniversario de la última remodelación de este edificio histórico, que se celebrará en 2018. El objetivo es que este plan pueda llegar a prolongarse en el tiempo, para «devolver el protagonismo que tiene el mercado como núcleo del desarrollo comercial de Santa Pola», según explicó el concejal de Comercio, Samuel Ortiz.

De esta manera, la veintena de establecimientos ofrecerá, dependiendo del gremio, ofertas y propuestas atractivas donde se fomente el producto local como el Peix de Santa Pola o el «arrós y gatet». El sábado 18 actuarán grupos locales como Chaman y Singladura Project, pero desde hoy mismo habrá trueque de libros entre las bibliotecas municipales o talleres de animación, artesanía y pintura impartidos por Milllor-Art.

Paqui Miralles tiene un bar en el edificio desde hace nueve años y ahora se ha estrenado con un puesto de tapas. «Lo hice pensando en que al menos los propios comerciantes consumirían, pero es muy difícil trascender y llegar a los vecinos que no tienen costumbre de pasearse por aquí», afirma.

Eduardo Agudelo lleva un par de años vendiendo productos de «delicatessen» porque cree que «esto está pisando fuerte en los grandes mercados de España».

Confía en esta iniciativa porque, «al menos, de cien que pasen hay posibilidades de que compren diez». Aún así, sigue pendiente la mejora de los accesos. En este sentido, Ángel Ródenas, presidente del conjunto de comerciantes, incide en que «aparcar en el entorno es difícil y se limita mucho la clientela a pesar de que ofrezcamos veinte minutos de estacionamiento gratuito a cambio de que nos compren».