La comparsa Moros Beduinos fue anoche la protagonistas en las fiestas de Moros y Cristianos de Crevillent, declaradas de Interés Turístico Nacional. Los beduinos, que ostentan la capitanía durante este año, ofreció una entrada apasionante en la que transportaron a los crevillentinos a Oriente, ofreciendo con su boato un escenario maravilloso lleno de colores y elementos originales. La lluvia no logró vencer a la fuerza de la Media Luna, y muchos salieron a la calle, paraguas en mano, para disfrutar del desfile.

El capitán moro, José Manuel Estela Quesada, de la comparsa Beduinos, cerró este multitudinario desfile donde lució sus mejores galas, derrochó arte y demostró todo su poder.

Este boato estuvo basado en un cuento titulado «Sueños». Este relato fue inspirado en la historia del Capitán Moro y la Sultana 2017. El protagonista del cuento ayuda a una doncella cristiana a conocer la esencia de los Beduinos, quienes basan su cultura en los cuatro elementos fundamentales, que son el agua, el fuego, el aire y la tierra. En este sentido, la entrada de anoche quiso escenificar ese aspecto cultural de los Beduinos. El público quedó enmudecido ante esta celebración. El sonido de las marchas moras y el colorido de las indumentarias, así como los cuidados maquillajes característicos para la ocasión, cautivaron a los espectadores que abarrotaron las calles para presenciar el desfile.

Asimismo, tan importante fue la música interpretada en la entrada mora, como las diferentes exhibiciones que se realizaron. Por ejemplo, para interpretar al primer elemento de la cultura mora, el agua, la melodía acompañó a los números de danza, entre ellos los de ballet, o la Fila Especial de los Romanos Maseros, que llevan desfilando en los boatos de Crevillent desde 1991. Todas las representaciones dejaron embelesados a los espectadores y los trasladaron a otra época.

En este sentido, seis bandas de música se encargaron de interpretar y amenizar el magnífico paso de las marchas moras, a lo que hay que añadir distintos espectáculos, como varios de percusión, que contribuyeron también a traer los sonidos de Oriente a la localidad crevillentina.

Los encargados de abrir los numerosos boatos programados ayer fueron los abanderados, tanto infantiles como mayores, del bando moro y, además, un grupo de mujeres y cargos festeros que representaron ediciones anteriores. La entrada del bando de la Media Luna fue intensificándose a medida que avanzaba la noche. Los siguientes números en aparecer en escena fueron distintos espectáculos que dieron comienzo al segundo de los cuatro elementos, el fuego. Una de las piezas que se realizaron resultó ser muy impactante, ya que el conjunto que se creó entre el fuego, los instrumentos de percusión de la carroza, el baile que realizaron y la pintura de barro que les viste creó un escenario muy vistoso y bonito de disfrutar.

Más adelante, se agruparon diversas formaciones, tanto masculinas como femeninas, siguieron mostrando este elemento. Un grupo de amigos del capitán y la sultana, con caballos portando banderas, y un conjunto de mujeres, amigas de ambos. Las dos escuadras formaron una procesión triunfal en la gran noche de las comparsas moras.

El elemento del aire estuvo representado por la danza y por unas bellezas beduinas que bailaron tras un camello batidor. A continuación, la escolta del Capitán. En primer lugar, los beduinos se trasladaron en dromedario, animal que representa la tierra y cierra el ciclo, siendo el cuarto elemento. El exotismo de Oriente y la bandera en telas de seda y bordada en cordón dorado, hizo que Crevillent pudiera «flotar» y sentir que estaban en otra época de la historia.

Las tropas del bando moro exhibieron todo su poderío en un recorrido exitoso que culminó su capitán, que cerró la gran caravana con una espectacular carroza. Y así terminó el cuento, desvelando la identidad de sus protagonistas: la sultana 2017, Rosalía Alarcón Izquierdo, y el capitán moro 2017, Jose Manuel Estela Quesada. La carroza que les llevó por las calles de Crevillent recordó a ese oasis en el que quedarán perpetuos, como también lo harán los cargos de la comparsa mora Beduinos.

Miles de personas, según la organización, acudieron a la entrada del bando de la Media Luna. En este sentido, los asistentes pudieron adentrarse en otra época de la historia, para así entender la cultura mora desde dentro. Una noche en la que los crevillentinos disfrutaron de las fiestas, y más concretamente del boatos programados. Una celebración especial para la localidad, donde la danza, los músicos y los comparsistas fueron los protagonistas. Además, tras la finalización de la Entrada Mora, prosiguieron las fiestas y atracciones con «Música en la calle», donde los asistentes pudieron bailar hasta la madrugada.

Turno para los Dragones

Hoy es turno de la comparsa Dragones de San Jorge. La entrada del Bando Cristiano dará comienzo esta tarde a las 18.30 horas, con la misma salida y recorrido que la banda mora.