El estallido de la fiesta de Moros y Cristianos ha entrado de lleno en Crevillent. En un año de especial trabajo por parte de la organización de las embajadas, las escuadras cristianas y las huestes moras han comenzado a disfrutar y afianzar la puesta en escena de sus actuaciones. El Castillo Moro se convirtió, una vez más, en el enclave que fue testigo del rapto al Ra'is en la embajada en la que el bando de la cruz ha desatado el enfrentamiento Moro y Cristiano en Crevillent. La representación del secuestro al Ra'is de la Villa es la primera parte, basada en la historia y la literatura, sobre la que se asientan parte de los pilares de las fiestas de Moros y Cristianos, de Interés Turístico Nacional.

En el espectáculo de anoche destacó una mayor libertad de movimiento de sus actores y un ritmo más marcado que en el año anterior. El motivo, las múltiples horas de ensayos que sus protagonistas han puesto para perfeccionar la escena. De hecho, en el último mes, las pruebas han sido constantes, según aporta la organizadora del acto, Mayte Pastor, quien destacó la disposición de los actores y su empeño por trabajar el acto. «El día previo estuvimos ensayando desde la tarde hasta pasada la medianoche, han trabajado mucho», destacó. La representación de las embajadas, símbolo de diálogo y la concordia en su desenlace final, fueron declaradas como Bien Inmaterial de Relevancia Local por la Generalitat Valenciana en 2010.

La noche rondaba a Crevillent en una jornada en que una gran luna, símbolo de las huestes moras, reinaba en el cielo de la villa. La velada apacible dio paso a un agravio inesperado para el bando moro en su fortaleza. Las doce comparsas de Moros y Cristianos se concentraron marcadas por la división.

El Castillo Moro izaba la bandera de la media luna. El narrador apareció entonces a pie, en el centro del escenario enmarcado por las tropas de Moros y Cristianos que se apostaban en la periferia y situó a los espectadores en la historia, una escena que se remonta al año 1256.

Las escuadras cristianas comenzaron a llenar la explanada acompañadas por una tensión creciente. La explanada, empezó a convertirse en un escenario de lucha con la entrada triunfal del embajador cristiano, Antonio Ferrández. Los paseos de las escuadras, con más libertad de movimiento destacaron en esta ocasión. El público pudo arropar desde más cerca a los personajes en sus entradas por segundo año.

Los cristianos pidieron que los moros rindieran pleitesía al rey Jaime I, algo que el bando de la media luna rechazó desde su atalaya. Los dos bandos se pusieron en ese momento en pie de guerra. Las batallas, de lucha profesional, obra del grupo Baluarte, pusieron la emoción al evento. Flechas y escudos con fuego se entremezclaron en la explanada mientra a lo alto, en el castillo Moro, se libraba la escaramuza entre el embajador cristiano y los guardianes del Ra'is. La lucha en el Castillo y en la explanada se saldó con el secuestro del Ra'is y la declaración de guerra entre Moros y Cristianos La recreación seguirá el próximo lunes con la embajada al Rey Jaime I. La trilogía festera empezó con la Entrada Infantil, donde los comparsistas más pequeños marcharon al son de pasodobles y marcaron el futuro de estas fies