Una máquina excavadora se ha precipitado hoy por un enorme agujero en plena demolición de las 47 viviendas en ruinas de Crevillent. La pala se ha venido abajo, tras ceder parte del suelo donde estaba trabajando, hasta caer hasta el sótano de los inmuebles, según han confirmado fuentes de Protección Civil y trabajadores de la empresa.

Al parecer, el siniestro ha ocurrido a primera hora de esta mañana y pese a la profundidad del socavón, el operario que conducía la máquina ha resultado ileso. Momentos después, la empresa encargada de los trabajos de derribo se ha encargado de retirar la excavadora del hoyo para poder continuar con los trabajos, tal y como han señalado desde Protección Civil de la localidad alfombrera. De hecho, esta misma tarde los operarios han seguido trabajando con normalidad con otras dos máquinas, mientras que la que ha sufrido el desprendimiento ha quedado aparcada temporalmente en la zona.

El siniestro ha ocurrido en la calle Uruguay donde desde el pasado mes de julio el Consell comenzó las labores de derribo de los bloques en ruinas. La Conselleria de Vivienda se puso así en marcha para comenzar, a finales de julio, las labores de desescombro y limpieza del área y también la adopción de medidas de seguridad previas necesarias antes del derribo de pisos pensados para servir de vivienda pública en la localidad alfombrera.

Este año, el Consell dejó en el aire la rehabilitación de este enclave para viviendas sociales, que tiene una superficie de 23.000 metros cuadrados y que no tiene perspectiva de que vaya a materializarse porque el Gobierno autonómico no está financiando nueva construcción y solo rehabilita edificaciones ya existentes.

El alcalde de Crevillent, César Asencio, propuso en febrero lo que se consideraría una restauración de las casas y que, por lo tanto, no implica realizar un nuevo plan, sino de volver a erigir los edificios que ya existían. Desde el Consell consideraron razonable la propuesta, pero apuntaron a que es necesario hacer consultas y estudios previos antes de actuar y los plazos se prevén a largo término.

El bloque de la calle Uruguay contaba con 98 viviendas del parque público de la Generalitat, pero el mal estado del edificio y los problemas de inseguridad ciudadana llevaron en 2007, al anterior Gobierno autonómico, a desalojar y a demoler 51 de esas casas.

Posteriormente, en 2010, el Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA), el Ministerio de Vivienda y el Ayuntamiento de Crevillent suscribieron un convenio para invertir en la reconstrucción total del barrio conocido como las 98 viviendas que desembocó, finalmente, en la demolición de los 47 pisos restantes que no llegó a ejecutarse el anterior mandato.

En marzo de este año, la Conselleria adjudicó las obras de demolición con un presupuesto de casi 300.000 euros. A partir de ahí, la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE), que gestiona el parque público de viviendas, solicitó en mayo la licencia de derribo al Ayuntamiento de Crevillent, que ya fue concedida. El paso previo a la demolición fue comprobar que las casas no se encuentran ocupadas.