El periodista crevillentino José Vicente Mas Zaplana preside desde hace una década la Junta Diocesana de Cofradías y Hermandades de Semana Santade la provincia. Esta entidad, perteneciente a la Diócesis de Orihuela-Alicante, cumple este año su vigésimo aniversario y representa a más de treinta municipios, entre ellos, las juntas de Orihuela, Crevillent o Elche, que disponen del reconocimiento de Fiestas de Interés Turístico Internacional.
¿Cuáles son las principales funciones de la Junta?
Ayudar y asesorar tanto a las Juntas Mayores como a las cofradías y hermandades en todo lo relacionado con aspectos legales y litúrgicos relacionados con su día a día, así como promover encuentros provinciales que ayuden a la formación y fomenten la convivencia y fraternidad entre cofrades que al igual que nosotros trabajan todo el año por la Semana Santa.
¿Y los principales avances conseguidos durante su presidencia?
Sobre todo la toma de conciencia, tanto de las Juntas Mayores como de las cofradías y hermandades, que la integran de que no somos islas dentro de la vida de la Iglesia Diocesana, sino que formamos parte de la vida activa de la Iglesia, representada en las parroquias, por ser el lugar en el que los creyentes nos reunimos a vivir y a celebrar nuestra fe. También destacaría la creación del Archivo de la Junta Diocesana en el museo de Callosa, donde se realiza una gran labor de documentación.
¿Y su asignatura pendiente?
Son cuatro asignaturas y en ello estamos trabajando. La primera que está muy avanzada, es la edición de un manual que recoja todos los requisitos legales tanto civiles como canónicos que se piden para la constitución y el día a día de las cofradías y hermandades. Relacionado con ello, también estamos preparando otro manual sobre lo que nos afecta en materia de la Ley de Protección de Datos. Los otros: un plan de formación cofrade y una guía de la Semana Santa de la Provincia. En estos cuatro proyectos estamos trabajando y esperamos que alguno de ellos sea una realidad este mismo año. Sobre todo el manual de los aspectos legales civiles y canónicos cuyo objetivo es poder presentarlo después de Semana Santa, porque ayudará a todas las cofradías y hermandades de la Diócesis, sean o no de Semana Santa.
¿Cómo es la relación entre las juntas locales?
Gracias a Dios, y al trabajo realizado por las juntas que presidieron mis antecesores Francisco Polo y Vicente Mora, no existen conflictos entre las Juntas Mayores de la Provincia, todo lo contrario, una gran unión, hermandad y colaboración entre ellas y la propia Junta.
¿Dónde será este año el Encuentro Provincial?
La XXIV edición Encuentro se celebrará del 20 al 22 de octubre en Alicante y su organización la ha asumido la Junta Mayor de la capital de la provincia, que lo está preparando con mucha ilusión.
¿Cree que la Semana Santa goza de buena salud en la provincia de Alicante?
Sí. Prueba de ello es que se están creando más cofradías y hermandades y se han incorporado nuevas Juntas Mayores a la Junta Diocesana, lo que pone de manifiesto que la llamada Religiosidad Popular sigue latente en el sentir de muchos hombres y mujeres que, con más o menos fe y al amparo de la tradición heredada de nuestros mayores, trabajan por el engrandecimiento de la Semana Santa.
¿Qué se podría hacer para potenciar más el turismo religioso en Alicante?
Que las autoridades civiles tomen conciencia de ello y se crean que es un potencial económico cultural y artístico para la provincia y para la Comunidad Valenciana. Por lo que respecta a la Semana Santa, disponemos de una imaginería, tronos, trajes, estandartes de un gran valor. A ello hay que sumar que en la Comunidad Valenciana tenemos las Semanas Santas de Orihuela y Crevillent y el Domingo de Ramos de Elche, declaradas de Interés Turístico Internacional y museos de Semana Santa abiertos todo el año que reciben miles de visitas. Lo que falta es tomar conciencia de la existencia de este patrimonio, al igual que han hecho otras provincias y Comunidades Autónomas.Llevamos dos años consecutivos con la feliz noticia de que la Generalitat Valenciana ha declarado festivo el Jueves Santo, de lo que se beneficia el turismo de la Comunidad. Ojalá siga siendo festivo en años venideros.
¿Cómo ha vivido la celebración la crisis económica?
De la crisis económica no ha estado exenta la Semana Santa, por lo que ha sido necesario ajustar presupuestos, no subir cuotas y poner en marcha la imaginación para poder cubrir las cuentas, sin olvidar la labor caritativa que lleva implícita nuestra condición de cofrades.
¿Cómo se han implicado las cofradías?
Con la organización de más actos para favorecer a los más necesitados. Haciéndose más presentes en Caritas, Manos Unidas y otras ONG. La crisis ha permitido descubrir una de las realidades del sentir cofrade que no es otra que la de ayudar al que lo necesita.
¿Cree que el efecto económico de la Semana Santa en la provincia es considerable?
Por supuesto, no sabría cuantificar en euros, pero hay que pensar en lo mucho que suponen las restauraciones de imágenes y tronos, confección de trajes, estandartes y vestas, fabricación de cornetas y tambores, cera, flores, gastronomía y un largo etc.
¿Y su efecto religioso?
Si hay Semana Santa es que hay fe y un sentido religioso más o menos grande, pero lo hay. No hay que olvidar que la Semana Santa es sobre todo una manifestación religiosa. Que es cierto que entorno a ella existe también tradición, arte y cultura, pero sobre todo ello prima el sentido religioso.
¿Qué es más importante para la supervivencia de la Semana Santa, la tradición o la fe?
Ambas van unidas, San Pablo ya nos dice en su primera carta a los corintios: «Yo he recibido una tradición que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido». En primer lugar la Fe heredada de la tradición de los apóstoles y entorno a ella el resto de tradiciones que nos han dejado en herencia nuestros antepasados.
¿Cree que existe demasiado postureo entre los cofrades?
Yo no diría postureo si no forma de ser de cada persona. Para mí todo hombre y mujer que participa en las procesiones de Semana Santa lo hace porque en el fondo busca un momento para mirar en su interior, para buscar un sentido a su existencia, para hablar con Dios en su intimidad y desde el anonimato, aunque exteriormente pueda parecer lo contrario.
