El Ayuntamiento de Santa Pola quiere desbloquear el proyecto del centro de Sanyres, con el objetivo de reconvertirlo en un centro de atención temprana para niños. Por ello, exige al Consell que se haga cargo de la reparación y adquisición del edificio abandonado para su nueva puesta en marcha, o bien que la entidad bancaria que maneja el proceso de adecuación y el Gobierno autonómico lleguen a un acuerdo para poder volver a dar uso al recinto en la villa marinera.

Han pasado más de tres años desde que el centro residencia de la tercera edad, que se abrió por la empresa Sanyres y que luego pasó a ser gestionado por la empresa Solimar, fue cerrado. La compañía argumentó en el momento de su clausura que era inviable mantener la actividad económica por el descenso de usuarios en las residencias privadas. El Consell retiró meses después el número de registro sanitario de establecimientos menores y desde entonces no ha habido ningún paso claro para volver a aprovechar sus instalaciones.

La secretaria autonómica de Bienestar Social, Elena Ferrando, admitió que no hay previsto actualmente ningún plan para volver a poner en uso el recinto, pero pidió un informe al Consistorio con detalles sobre la situación del edificio y su proceso para ver si a lo largo del año pueden encajar esta rehabilitación y presentarla en los presupuestos autonómicos del próximo año. La cantidad económica para conseguir revitalizar el complejo ascendería a unos dos millones de euros, que, hasta ahora, el Consell no se compromete a financiar.

La alcaldesa de Santa Pola, Yolanda Seva, y el concejal de Acción Social, Lorenzo Andreu, se reunieron con la secretaria autonómica del área para concretar los posibles usos y soluciones para el centro asistencial y sanitario. Según el edil, «comentamos a la responsable autonómica el interés de Santa Pola en aumentar el número de plazas permitidas en el recinto», aseguró Andreu. Además, en su encuentro asegura que recalcaron las posibilidades del edificio, ahora con problemas de fontanería y mobiliario a causa de la falta de mantenimiento y vigilancia, y sugirieron la posibilidad de que se convirtiera en un espacio para la estimulación temprana de menores, según concluyó el responsable de Acción Social.

La visita a Bienestar Social en Valencia también sirvió para reclamar mejoras en otras infraestructuras santapoleras, entre ellas, resolver la saturación del centro cívico, hecho que la representante autonómica se comprometió a revisar para poder incluirlo en los próximos presupuestos autonómicos. También pidieron más subvenciones para aumentar sucesivamente el equipo base del área, que, según el Ayuntamiento de Santa Pola, es insuficiente. El Consistorio, a su vez, pidió financiación para habilitar una oficina de atención a personas discapacitadas, ampliar la oficina antidesahucios y abrir un área para reforzar que los alumnos expulsados no dejen los estudios.