El escultor Antonio Pons ha conseguido dotar de volumen a las pinturas del arte íbero de hace más de 2.000 años. Las aves, plantas y animales legendarios que los habitantes de la comarca plasmaron en una multitud de vasijas halladas en el yacimiento de La Alcudia han servido de inspiración para crear la colección «Arrels». El Museo del Mar, en el Castillo-Fortaleza de Santa Pola, alberga hasta el 19 de febrero esta exposición de doce piezas de hierro oxidado y gres que representan la vida y la muerte según la entendían los íberos de la época y según ha reinterpretado libremente Pons. «Mi idea fue hacer una muestra que recogiera todas nuestras raíces culturales, pasando por íberos, romanos, musulmanes... Pero las representaciones de las vasijas de La Alcudia me aportaron tanto, que centré el tema solo en ellas», aseguró el escultor ilicitano.

Los iconos representados en su obra son más que elementos decorativos. A Pons le sedujo la idea de que esas figuras representaban la forma de entender la vida y la muerte de los íberos. Así, las aves, de formas estilizadas, simbolizaban a seres que se llevaban el alma al más allá. La vegetación, en forma de hojas y plantas, significaba el origen de la vida. El lobo, que más que animal era considerado un dios y se dibujaba con aspecto sobrenatural, portando plumas, era el símbolo de la muerte. Las figuras humanas se ceñían a representar a las diosas, en especial a Tanit, asociada a la fertilidad. Estos son los temas principales de la exposición, de la que Pons se siente orgulloso que permanezca en el Castillo-Fortaleza santapolero, porque «el entorno es ideal, la tonalidad de las paredes se prestan al hierro y al gres, y dota de fuerza al conjunto de esculturas», aseveró el artista.

Los materiales escogidos para la obra tienen un porqué muy claro. El hierro oxidado era la materia prima que los artistas íberos usaban para pintar las vasijas. El gres representa la cerámica de esos vasos gigantes que las familias de elevado rango usaban para mostrar su poder y adoctrinar sobre sus ideas religiosas a la población.

El ilicitano ya está manos a la obra con nuevos proyectos, esta vez relacionados con los refugiados y la inmigración. La sociedad, sus pobladores y creencias, no importan de qué época, son un referente en la obra de Antonio Pons, que, tras su parada en el Museo del Mar de Santa Pola, seguirá llevando la historia íbera, de manera itinerante, a nuevas regiones.