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El monolito a Primo de Rivera se resiste en Crevillent

La comisión de Cultura está elaborando un inventario de vestigios franquistas para enviar al Consell y que incluye, además del monumento, once calles de personajes alineados con la Dictadura

El monolito a Primo de Rivera se resiste en Crevillent

Ha pasado más de un año desde la aprobación en pleno de noviembre de 2015 de la retirada del monolito a José Antonio Primo de Rivera en la céntrica plaza del Mercado de Abastos de Crevillent. La retirada sigue sin haberse efectuado a la espera de la actuación por parte del Gobierno municipal. La propuesta de retirada del monolito fue defendida por el grupo municipal de l'Esquerra y contó con doce votos favorables de toda la oposición y la abstención con nueve votos del Partido Popular. Así, no hubo ningún voto en contra de la propuesta.

Los puntos del acuerdo, con un carácter expresamente resolutivo y de aplicación ejecutiva, planteaban retirar el monumento, con la salvedad de que si por cuestiones presupuestarias o de futuras reformas en el paseo se viera adecuado hacerlo en un futuro próximo, al menos debían quitarse los elementos metálicos que exaltan el homenaje, como son el busto y las letras. La decisión también contemplaba que dichos elementos eliminados se almacenasen en dependencias municipales para poder ser usados con carácter museístico en el futuro.

El Gobierno municipal asegura que están redactando un inventario para la Dirección General de Reformas Democráticas a petición de la Generalitat Valenciana de los elementos que pudiesen estar afectados por la Ley 52/2007 de Memoria Histórica por ser motivo de exaltación pública y personal de la sublevación militar, la Guerra Civil y la Dictadura. En ella, pretenden incluir este monolito y más vestigios para su estudio por el Consell y aseguran que por ello todavía no han actuado en la retirada del busto. Este inventario se elabora a través de una comisión de Cultura habilitada para ello y a la que l'Esquerra y Compromís han añadido once calles que deberían estudiarse para su posible retirada o modificación. Estas calles son las que nombran a Anselmo Mas Espinosa, Augusto Aznar, Diego López, Enrique Valera, Francisco Candela Martí, Guillermo Magro, Ismael Candela, Maciá Rives, Ramiro de Maeztu, Reverendo Pascual Martínez y Salvador Mas. Ahora, la comisión debate si incluirán todas estas calles en el inventario o finalmente dejarán algunas en el tintero. Los grupos políticos al completo aseguran que prefieren un acuerdo entre todos y el diálogo porque será más rápido y consensuado el proceso.

No obstante, la elaboración de este inventario entra en una vía de trabajo totalmente diferente que no debería interferir con un acuerdo que ya ha sido tomado de manera plenaria y, por lo tanto, siendo conforme a ley, es de obligado cumplimiento.

La oposición considera que el Gobierno municipal trata de alargar la espera para no entrar en posibles polémicas con los nostálgicos del régimen de Franco con la retirada del monumento. El portavoz de l'Esquerra, Josep Candela, ve incongruentes las explicaciones del Consistorio y afirma que no hay excusa para no retirar, al menos, los elementos metálicos del monolito que «con un técnico municipal y un cincel se solucionaría en media hora». L'Esquerra presentó por registro en el Ayuntamiento una instancia avisando de que, o se cumple con el acuerdo, o se entenderá una inactividad administrativa, con las responsabilidades legales que puede acarrear la consecuente denuncia en los juzgados. Candela expone que «es momento de que el Partido Popular se deshaga de sus fantasmas interiores porque desde la oposición estamos preocupados por temas más importantes en Crevillent y por ello, de seguir incumpliendo la ley, dejaremos el asunto en manos de los juzgados». Javier Asensio, portavoz de los socialistas en Crevillent, considera que la retirada del busto debe ser inminente porque así lo decidió el pleno y se debe restituir la plaza para las personas «porque no tiene ningún sentido que ese monolito siga existiendo». Compromís es de la misma opinión y además trabaja en elaborar el inventario de calles que deben incluirse en el catálogo de Memoria Histórica. Desde el grupo de Ciudadanos, Noelia Pomares asegura que ya es hora de que se elimine el monumento y apremia a que el Gobierno inicie el proceso de esta moción que sigue esperando «al igual que el 80% de las decisiones del pleno».

Para el catedrático emérito de Historia Contemporánea, Glicerio Sánchez, esta tardanza en la retirada del busto «no es una sorpresa» y cree que hasta que los vecinos no se movilicen, no se realizará la retirada del monumento franquista, porque considera que «el Gobierno municipal dilatará el proceso para intentar atajar polémicas y dejar el balón en manos del Consell aunque la decisión esté ya tomada».

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