El arte escultórico salió a la calle. La plaza del Ayuntamiento de Crevillent se convirtió ayer en un estudio al aire libre donde el artista Víctor García, especialista en escultura e imaginería, sacó su banqueta, sus herramientas de trabajo, que fueron gubias, raspines y lija y comenzó a tallar un busto, el rostro de un Cristo descendiendo de la cruz.

García reconoció que a pesar de su experiencia de más de 20 años de formación, que aún sigue en curso, esta era la primera vez que enseña su modo de trabajar fuera de un taller o de un recinto cerrado. Una carpa marcó el receptáculo de la labor de este escultor, que, con precisión, comenzó a embastar el rostro del Cristo en madera de pino sueco ante la mirada de los crevillentinos.

La carpa-estudio temporal de Víctor García también sirvió de refugio para una pieza policromada de un niño Jesús, creada y elaborada por él, que como artista del Levante tiene como referente máximo de la imaginería al levantino Francisco Salzillo. El estilo de García se basa en la obra de este escultor barroco y sus creaciones tienen su marca.

Este evento se convirtió en una jornada didáctica en la que visitantes de Crevillent de todas las edades pudieron aprender de la obra del artista y de la escultura religiosa en general y cómo se trabaja. Ya fuera mirando la evolución o preguntando directamente al autor, los crevillentinos aprendieron algo más del proceso creativo de esta disciplina artística.

A lo largo de cuatro horas de trabajo aproximadas, García logró definir algunos de los rasgos de esta pieza de 70 centímetros que ya había empezado a trabajar en otros talleres. El final de esta obra está muy lejos aún. García explicó que esta es la primera fase del trabajo pero que luego vienen muchas más en forma de nuevos procesos, estucado, lijado, policromado y una gran cantidad de retoques adicionales.

La actividad se convirtió, a su vez, en una reivindicación para sacar a la luz el trabajo de los artistas de esculturas religiosas. García reclamó que su trabajo no está muy valorado entre la sociedad porque en ocasiones, el hecho de ligar el arte con la religión provoca rechazo. El escultor reivindicó su obra. «Esto es arte y hay que saber separar. La imaginería es muy completa. Para trabajar la madera se debe tener muchos conocimientos de escultura, de tallar, de historia, de pintura, hay que dominar muchas técnicas artísticas y los resultados requieren de mucho trabajo y formación».