Las huestes de la Media Luna fueron las protagonistas de ayer en las fiestas de Moros y Cristianos de Crevillent, declaradas de Interés Turístico Nacional. El bando moro ofreció una espectacular Entrada en la que transportaron a los crevillentinos a Oriente, concretamente a la ruta de la seda, ofreciendo con sus boatos una caravana majestuosa llena de colorido y elementos originales.

El capitán moro, José Miguel Riquelme, de la comparsa Benimerins, cerraba esa multitudinaria comitiva que en su honor lució sus mejores galas y derrochó arte y todo su poder.

El sonido de las marchas moras y colorido de las indumentarias, así como los cuidados maquillajes de caracterización, cautivaron al público que abarrotó las calles para presenciar el desfile. Tan importante como la música en la Entrada Mora fueron los números de danza, en los que los diferentes ballets dejaron embelesados a los espectadores y los trasladaron a otra época.

De hecho, seis conjuntos o bandas de música se encargaron de interpretar la majestuosidad de las marchas moras, a lo que hay que añadir varios espectáculos, como uno de percusión, que contribuyeron también a traer los sonidos de Oriente a Crevillent.

Los encargados de abrir los numerosos boatos fueron los abanderados, tanto mayores como infantiles, y una escuadra de mujeres y representantes festeros de otros años. Todo ellos convenientemente arropados por la música.

La Entrada fue ganando en intensidad a medida que avanzaba la noche y los siguientes en hacer su aparición fueron diversas formaciones de hombres además de un grupo de caballos portando banderas, que formaron una comitiva triunfal en la gran noche de la Media Luna.

El exotismo de Oriente y la temática de la ruta de la seda se sintió de cerca con las especias y telas portadas por una gran carroza y una caravana de caballos. Además, un gran elefante blanco con escupefuegos causó gran expectación entre el público.

Las tropas del bando moro exhibieron todo su poderío en un recorrido triunfal que culminaba su capitán, que cerraba la gran caravana en una espectacular carroza.

Esta mañana la fiesta continúa con los alardos y, por la tarde, con la embajada al Rey Don Jaime.