La entrada cristiana hizo revivir a Crevillent una de las historias más fascinantes y épicas en la historia. La reconquista de Granada, en una reinterpretación especial para el desfile, fue el tema principal de un desfile del bando de la cruz espectacular. La comparsa Castellano-Leonesa organizó este tema inspirada en la visita documentada que hicieron los reyes católicos a Crevillent, a su paso hacia el campamento en Murcia antes de la conquista de Granada. Los cristianos portaron la capitanía con un ímpetu que se trasladó en su boato y traspasó a todos los espectadores.

Así, en un desfile largo, por el que pasaron más de mil personas, trece grupos de música, siete bandas de bailes y los más diversos animales,la magia medieval llegó a los poros de los crevillentinos en un boato sorprendente.

Las galas de la época y los maquillajes impresionaron en la primera parte del desfile, que recreó, en esta interpretación libre de la historia, cómo los crevillentinos, al paso de los reyes por el municipio, se pusieron al servicio de sus majestades católicas y partieron a colaborar en la reconquista. En este proceso llamó la atención la interpretación de las bailarinas que lloraron la marcha de los guerreros que partieron hacia los campamentos de Murcia en pos de la batalla. Las bandas de música acompañaron cada momento y le dotaron de la intensidad necesaria al evento. Las vestimentas, además, supervisadas al detalle para no caer en anacronismos fue uno de los puntos más llamativos del despliegue festero. Los grupos de danza especialmente, lucieron estas trabajadas galas cargadas de ornamentos.

El segundo acto correspondió a la parte más guerrera de la noche. La batalla con los nazaríes ocupó este bloque repleto de enfrentamientos, luchas, y coreografías de lo más bélicas. La fuerza de las expresiones y movimientos se trasladaron a un público que vivió la batalla desde muy cerca. La música, atronadora, inundó la escena más intensa. Una vez más, las recreaciones de lucha vivieron muchos días de ensayos previos y de trabajo en conjunto para saber manejar las armas si hacer daño.

La última parte del boato se la llevó la conquista de Granada, la parte más épica y que acabó de forma triunfal, como no podía ser de otra manera en la entrada cristiana. Los estandartes de los escudos de armas de los reyes católicos lucieron triunfantes en esta muestra de poderío del bando cristiano.

El ambiente festivo cristiano concluyó con este sorprendente boato pero ya comenzó de mañana con el pasacalles festero, que vio pasar a las seis huestes de la cruz, una por una, desde La Morquera hasta la plaza de la Constitución. La comparsa Benimerines, así, también participó cerrando el recorrido. Ya aposentadas, las huestes pudieron disfrutar de la tradicional degustación de cerveza en el chiringuito habilitado en el área de concentración festera.

Esta tarde, las huestes moras contestarán al despliegue cristiano con su entrada capitaneada por los Benimerines.

El mismo pasacalles festero verá pasar a los grupos del bando de la media luna, para luego dar comienzo al desfile moro, cuya temática versará sobre los distintas culturas orientales y con un boato que promete sorpresas en forma de artefactos y de invitados especiales. A partir de la medianoche, el concierto de los 40 principales pondrá la actividad extra para quienes quieran seguir con la fiesta. La trilogía Mora y Cristiana ya se encuentra a pleno rendimiento.