La batalla de Moros y Cristianos ha comenzado en Crevillent. Tras un año completo de labor y de renovación en las embajadas, los bandos de la cruz y la media luna han comenzado a lucir su trabajo. El Castillo Moro fue testigo del rapto al Ra'is en la embajada en la que las huestes cristianas han puesto en pie de guerra a Crevillent. La representación del secuestro al Ra'is de la Villa es una de la primera parte de la base histórica y literaria en la que se basan las fiestas de Moros y Cristianos de Crevillent, de Interés Turístico Nacional.

La noche tomaba el paisaje del municipio, una velada oscura, sin luna, que auguraba el agravio que las huestes moras sufrirían en la villa. Las doce comparsas de Moros y Cristianos se concentraron divididas. Las cristianas lo hicieron en la plaza del Ayuntamiento y las moras desde el estanco de San Roque, listas para participar en la representación.

El Castillo Moro se erigía con la bandera izada con la media luna, cuando las escuadras cristianas comenzaron a aproximarse trayendo consigo una tensa calma. El narrador, que ha dejado de ser una voz «en off» para encarnarse en una personaje de carne y hueso a caballo, introdujo y situó a los espectadores en la historia, una escena que se remonta al año 1256.

La explanada, que representaba un trasiego de idas y venidas apacibles empezó a tornarse escenario de batalla con la entrada triunfal del embajador cristiano . Este año han destacado los paseíllos de las huestes, más largos y lucidos que en años anteriores. La directora de las embajadas, Mayte Pastor, quiso poner el acento este año en la fidelidad al libreto en el que se basa la leyenda y quiso dar más importancia y pompa a los protagonistas de la historia ensalzando su presencia.

De este modo, el evento permitió que el público arropara y recibiera a los personajes, con nuevos representantes embajadores, en sus entradas.

Los cristianos pidieron que los moros rindieran pleitesía al rey Jaime I, algo que el bando de la media luna rechazó desde el Castillo Moro. La lucha no se hizo esperar entonces. Las coreografías de las batallas, elaboradas por el grupo Baluarte, puso un punto apasionante a la pelea. El enfrentamiento cuerpo a cuerpo se encarnizó de tal forma que llegó a prender los escudos de los luchadores, en una de las novedades de esta recreación bélica. El secuestro del Ra'is acabó teniendo lugar, esta vez en lo alto del castillo. El embajador cristiano subió hasta la atalaya del Ra'is, y protagonizaron una lucha que, hasta ahora, no había sido puesta en alza. Otra de las notas curiosas fue que, dado que el Ra'is de este año lo interpreta Juan José Girona, de la comparsa Castellano-Leonesa, fueron sus propios compañeros de comparsa los que le sometieron en la representación. La recreación seguirá el próximo lunes con la embajada al Rey Jaime I. La trilogía festera comenzó con la entrada infantil, el desfile de los comparsistas más pequeños que prometen el futuro de las fiestas de Moros y Cristianos. Marchando al son de pasodobles y marchas, los pequeños, encabezados por los cargos infantiles, anunciaron a Crevillent que las fiestas de Moros y Cristianos habían llegado para quedarse. Hoy sigue el festival con el día del bando cristiano y su entrada y pasacalles.