Esta semana se han abierto las aulas de los cursos formativos de hostelería en Santa Pola. A los tres grupos de enseñanza básica y al de ciclo superior, se suma este año una formación profesional de cocina básica para alumnado de segunda oportunidad sin ESO.

La demanda de estos cursos que se realizan en el IES Cap de L'Aljub ha sido muy alta este año, según informa el profesor de Servicios en Restauración, Juan Carlos Martínez. «Han quedado 60 alumnos en la lista de espera», de varios puntos de la provincia.

Este año, el ciclo medio contará con un total de 90 alumnos y el superior con 30. Según el profesor de la escuela de hostelería la ratio ha bajado este curso, por lo que hay menos plazas ofertadas, aunque ello permitirá una mayor atención personalizada del alumnado. Estos pupilos ya han recibido la presentación del curso en el que los tutores han sentado su proyecto y se les ha dado instrucciones sobre el curso escolar.

La próxima semana será el turno de la incorporación de los apuntados al programa de formación profesional básica de segunda oportunidad en cocina y restauración, que lo integrarán ocho alumnos. Martínez asegura que la cifra puede parecer pequeña, pero que hay que tener en cuenta que se ofertó en periodo estival y que tiene unos requisitos de admisión muy específicos. El alumnado registrado debe tener entre 17 y 29 años, y ser desempleado y sin haber concluido los estudios obligatorios. Además, debían de estar inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil. La Agencia de Desarrollo Local colaboró este verano ayudando a realizar los trámites necesarios a los posibles alumnos.

Formación completa

Cocina, servicios en restauración, gastronomía, cocina de autor, repostería y dirección de cocina integran algunas de las disciplinas que se pueden aprender en estas clases. Martínez afirmó que la formación que se puede encontrar en el IES Cap de l'Aljub referente a hostelería cubre desde el eslabón más básico hasta la formación superior. Así, reconoce que una de las claves del éxito son las prácticas. El centro dispone de su propia aula de prácticas de restauración, la gastroaula «Les Salines». Este lugar, además de servir de prueba para el alumnado, es también un restaurante al que el público puede asistir para comer o cenar. «Enseñamos a nuestros alumnos a cocinar y a servir con comensales reales, siempre tienen una prueba de fuego».

Así, a partir del 5 de octubre, ya se abrirán las puertas de este recinto en pruebas donde los comensales podrán degustar cada miércoles una comida y cada jueves una cena elaborada por el alumnado de cocina y servida por el de servicios de restauración. Durante el primer trimestre de curso los platos servidos serán un menú degustación de cocina tradicional española.

A partir del segundo trimestre del curso, en diciembre, los comensales tendrán para elegir platos de cocina internacional, que serán temáticos por países o áreas geográficas cada semana.

Quienes prefieran una cocina más elaborada pueden optar por acudir a las cenas cada miércoles de los alumnos de la escuela superior de cocina, que ponen a disposición de los comensales platos de cocina de autor.

Las inscripciones se pueden hacer online o llamando a la escuela de hostelería, que ya cuentan con una cierta lista de espera.

La promoción de los estudiantes es muy importante, según los profesores. El pasado junio, con la emisión del programa Masterchef en Santa Pola, los alumnos de servicios en restauración participaron repartiendo los platos a los comensales y, afirman, algunos de ellos ya empiezan a despuntar y a mirar a restaurantes de renombre para seguir su carrera.