El culmen de las fiestas de Santa Pola llegó ayer con la jornada que conmemora a su Patrona, la Virgen del Loreto. Los fieles a la alcaldesa honorífica de la villa marinera acompañaron al trono iluminado durante la procesión que salió desde la ermita en el Baluarte del Rey, el espacio religioso en el interior del Castillo, y recorrió las calles del municipio costero. Centenares de santapoleros acompañaron a la imagen durante esta procesión. La luz del trono estuvo ensalzada por los cientos de velas que los vecinos de la localidad encendieron y portaron durante la marcha en el día festivo local. La Virgen del Loreto, patrona de la localidad llegó, según la leyenda, desde el mar en el siglo XVII para quedarse desde entonces como guardiana de Santa Pola.

Los fieles esperaron la salida del trono desde el Castillo, y muchos de ellos se santiguaban ante su presencia. El recorrido no varió en lo tradicional y comenzó desde el Castillo, subió por la calle de la Cruz hasta la altura del Mercado Central. Los fieles anduvieron después hasta la calle del Ángel y la calle Elche hasta regresar de nuevo a la fortaleza. La Patrona, a hombros, paró en diversos puntos de este trazado para recibir los cantos de las personas más aventajadas vocalmente, que entonaron el motete en honor a su Virgen. Los aplausos y la emoción contenida se produjeron especialmente en estos momentos de veneración.

La Cruz de Guía y los ciriales encabezaban un recorrido en el que no faltaron los representantes de la presidencia de la Unió de Festers y la de Moros y Cristianos, protagonistas en los primeros días de las celebraciones. La reina de las fiestas y su corte de honor asistieron también, además de las autoridades de la Iglesia y las locales. Por otra parte, los efectivos de seguridad se encargaron de encauzar a los asistentes a la procesión por los laterales de la comitiva central.

Esta procesión fue el apogeo de un día muy especial en el calendario de Santa Pola, que comenzó con la Solemne Misa en la capilla del Castillo, y a la que siguieron el canto motete original por la Associació Musical Mare de Deu de Loreto, la mascletà en la Glorieta y el castillo de fuegos artificiales en el espigón de la playa de Levante.