Un año más, y ya van casi dos décadas, el aroma de la lechola cocinada inundó la zona portuaria de Santa Pola durante toda la mañana. El concurso de calderos en la villa marinera congregó a los marineros, que, con sus embarcaciones amarradas, comenzaron a cocinar con los mejores productos para conseguir un buen puesto en el certamen organizado por el Ayuntamiento y la Cofradía de Pescadores.

Desde bien temprano los pescadores abrieron sus cocinas en los barcos y de todos los recovecos de un habitáculo mínimo, pero organizado, empezaron a sacar utensilios e ingredientes para elaborar sus calderos y otros platos para picar mientras se cocinaba el manjar estrella.

Así fueron pasando las horas entre tapas de sepia en salsa y salazones para los catorce barcos participantes, tanto de arrastre como de artes menores. Este año, la participación ha cubierto casi el máximo de plazas disponibles, que son quince. La competición dejó de ser parsimoniosa hacia las dos de la tarde, cuando se acercó al puerto la comitiva con las reinas y damas de las fiestas, el pregonero, la alcaldesa y la concejal de Fiestas, preparando sus posiciones para ejercer de catadores junto al jurado de la Cofradía de Pescadores y el cabildo.

Los pescadores se afanaban entonces por tener su plato preparado a tiempo. Hacia las dos y media todos los participantes llevaron sus platos junto al «all i oli» a la mesa de deliberación y se agolparon de forma festiva hasta que se dio el veredicto. El barco «Francisco y Antonia» se llevó el primer premio del certamen, seguido por «Nicolás y Antonia», mientras el tercer puesto fue para «Nuevo Puerto de Santa Pola».

Los responsables del caldero de este tercer premio comentaban que lo primordial es tener un buen producto, recién pescado en este caso, y bien tratado. La lechola fue la protagonista del caldero. Los pescadores, sobre todo los ganadores, compartieron con amigos y familiares sus platos, porque, al final, como afirmó otro de los participantes en esta cita, «la alegría y el buen comer deben compartirse».

Baño de cerveza

Esta fiesta gastronómica estuvo precedida por el baño de cerveza organizado por la Unió de Festers, que este año volvió a repartir más de 2.000 botellines entre los llegados al puerto de Santa Pola. La guerra de cerveza regó a una multitud de asistentes que, según la presidenta de la Unió de Festers, Rita Sevilla, cada vez congrega a más gente y se hace más popular.

Los participantes agradecieron poder refrescarse a base de cebada y lúpulo y, sobre todo, el manguerazo de agua posterior al evento. Los asistentes, además, dieron cuenta de los botellines sobrantes.

Por la noche se realizó el homenaje «Toda una vida» a una pareja de santapoleros, marinero y escritora de poesía, que llevan juntos desde pequeños y ya cuentan con más de 70 años. El emotivo acto en el Castillo tuvo discursos y proyecciones de fotos que recorrieron las vidas desde jóvenes hasta este momento de una longeva pareja. El correfocs puso fin a una jornada repleta de actos que se prepara hoy para un Desfile Multicolor multitudinario.