Hace catorce años que ETA perpetró un atentado en la Casa Cuartel de la Guardia Civil que se cobró la vida de la niña Silvia Martínez, de seis años de edad y de otro ciudadano, Cecilio Gallego. Ayer se conmemoró la trágica fecha de manera semiprivada por parte de los familiares y allegados de la pequeña en Santa Pola.

Desde hace unos años, la familia de la menor fallecida en este suceso mostró al Ayuntamiento su deseo de que este homenaje no fuese políticamente utilizado en aras de preservar el respeto a la memoria de la pequeña fallecida.

Por este motivo, desde el Ayuntamiento anunciaron que no interferirían de manera alguna en la conmemoración, que se llevó a cabo por parte de los familiares y amigos de la víctima, aunque sí que quisieron mostrar su repulsa a lo acontecido aquel 4 de agosto de 2002. Así, en un comunicado, el equipo de gobierno hizo extensible a toda la sociedad su rechazo frontal a cualquier actuación terrorista.

También quisieron hacer llegar su apoyo a los familiares de todas aquellas personas que vieron truncadas sus vidas por el fanatismo y el odio, en especial a las familias de Martínez y Gallego, fallecidos en Santa Pola.