Los vecinos de las cercanías de la plaza Rodríguez de la Fuente recogieron alrededor de 300 firmas durante el pasado fin de semana, con el fin de pedir el cambio de zona o reorganizar las casetas del mercadillo de verano, que se ubica en la replaceta de Castilla. En este sentido, los residentes mantuvieron ayer una reunión con la Concejalía de Comercio, donde expusieron todas las quejas, acompañadas de un escrito remitido al responsable del Negociado de Comercio y Mercados, para abordar la situación. Por su parte, el Ayuntamiento aseguró que estudiarán una posible solución de cara al próximo año.

Según parece, la polémica generada por este mercadillo viene de lejos. Los residentes de la villa marinera, tras convivir ocho veranos con los puestos, presentaron el pasado año un escrito al Síndic de Greuges, donde se recogían varias quejas. De ellas, este año se solucionó la reducción del ruido por el desmontaje de los puntos de venta. Sin embargo, aunque los vecinos agradecen esta cuestión, la nueva distribución de las casetas ha abierto de nuevo la caja de Pandora, por lo que volverán a presentar un comunicado a un órgano como el Síndic de Greuges, con el fin cambiar la situación, sugiriendo que este mercadillo se traslade a otras zonas de Santa Pola.

Por ello, los vecinos de la localidad ya han reunido alrededor de 300 firmas en contra de la localización de las casetas, y planean más recogidas de las mismas. En este sentido, la Concejalía de Comercio mantuvo ayer una reunión con los afectados, donde se mostró el entendimiento de ambas partes. Por un lado, el concejal de Mercadillos, Samuel Ortiz, aseguró que «para este año es difícil remediarlo porque no entra dentro de los presupuestos establecidos, pero de cara a 2017 se estudiará una solución, porque estas casetas se encuentran dentro de una fase de transición. Así, cuando se lleve a cabo todo el proyecto de peatonalización, se plantea hacer el mercadillo itinerante y más selectivo, es decir, que vaya cambiando de ubicación. Es cierto que este mercado supone un impacto en la zona de la costa y se intentará mejorarlo».

No obstante, vecinos de la localidad, como Francisco García, insisten en la necesidad de que «comiencen a realizarse actuaciones ya, como el cambio de distribución de las casetas, para al menos poder acceder mejor a las playas o sentarse en el muro».

Y es que, según señala el escrito remitido al Negociado de Comercio y Mercados, «los problemas se van sumando y generan molestias e incomodidades, como el difícil acceso a las playas, con la colocación de las casetas de forma inadecuada; la imposibilidad de ver la costa desde los balcones, viéndose dunas artificiales; la incapacidad de sentarse en el muro frente a las viviendas y poder disfrutar de la brisa marina; la sensación de inseguridad por la cantidad de recovecos por la distribución discontinua; y, la molestia de las necesidades fisiológicas que se vierten cada día en la arena, aprovechando la oscuridad que generan las casetas sobre la playa, generando un riesgo para la salud pública».