A contracorriente que como sucede con otras especies acuáticas, la estacionalidad no es problema para ellos. Y es que, si se dan las condiciones adecuadas pueden llegar a habitar en el mismo lugar durante todo el año. Este es el caso de los flamencos, cuya población no ha dejado de crecer en los últimos años en la zona del Mediterráneo Occidental. No obstante, sus migraciones pueden ser muy variables y repentinas, como indicaron desde la sección de Vida Silvestre de la Conselleria de Medio Ambiente. Sin embargo, a pesar de estas circunstancias tan específicas, el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, continúa siendo el lugar favorito de estas aves en la Comunidad Valenciana, incrementando un año más, su número de ejemplares.

Actualmente, la villa marinera cuenta con 2.469 flamencos invernantes, 786 aves más que durante 2015, según el censo que se realiza de forma anual. Esto supone un aumento considerable de un 46,7%, manteniendo una gran población estable que permanece en el municipio durante todo el año. Asimismo, el Parque Natural de El Hondo también ha experimentado un fuerte crecimiento en relación al año anterior. Y es que, hoy en día, este espacio registra 1.288 aves de este tipo, frente a las 871, que habitaban en esta zona en 2015. Por tanto, entre ambos parajes se llegan a sumar los 3.757 aves durante este año.

De esta forma, el incremento del número de flamencos a nivel general en el Mediterráneo Occidental, radica en el aumento de la protección de las colonias. No obstante, a nivel local «los flamencos son un poco especiales y se mueven por grandes zonas de humedales en función de los niveles del agua y el alimento que vayan a encontrar», según aseguró Juan Antonio Gómez, jefe de sección de Vida Silvestre de la Conselleria de Medio Ambiente. Esta es una de las principales causas por la que las migraciones de flamencos pueden ser tan variables, y podría suponer un cambio de miles, en un periodo de tiempo muy breve como una semana. Sin embargo, este también es el motivo por el que Santa Pola es la mejor zona de flamencos de la Comunidad Valenciana y se encuentra entre una de las colonias más importantes a nivel nacional después de Doñana y el Delta del Ebro, según el Consell. Y es que, «la villa marinera tiene unos niveles de agua constantes, que mantienen las salineras, y esta especie ya sabe muy bien lo que va a encontrar allí», destacó Gómez.

No obstante, «el Parque Natural de El Hondo depende mucho de los niveles de inundación y estas aves necesitan que el agua esté baja para poder tener acceso a la comida, por lo que la población de flamencos en este espacio suele ser muy variable en función del año», destacaron desde la Conselleria de Medio Ambiente. En este sentido, lo que sucede en esta zona de cara a la primavera y el verano, es que los niveles de agua descienden por lo que coincidiendo con esta circunstancia, aumenta de forma considerable el número de flamencos.

En el Mediterráneo Occidental hay alrededor de 40.000 flamencos que habitan principalmente grandes colonias húmedas como son Camarga (Francia), Delta del Ebro, Fuente de Piedra, Santa Pola y El Hondo. No obstante, a pesar del número de flamencos que existen entre estos últimos parques alicantinos, no es habitual que se realice cría en esta zona. Y es que, «aunque el año pasado hubieron 18 parejas de flamencos nidificadores en primavera en Santa Pola, estas aves son una especie muy colonial y necesitan cientos de parejas para sentirse cómodas, hacer una especie de guarderías y poder llegar a criar, porque si no es muy frecuente que abandonen sus huevos», como explicó Gómez.

Asimismo, dentro de la Comunidad Valenciana, otra de las zonas que destaca por su afluencia de flamencos son Las lagunas de la Mata- Torrevieja, donde este año hay 51 aves de este tipo. Sin embargo, según explicó Gómez «este tipo de zonas suelen ser más de paso, que de residencia durante todo el año».

Sin embargo, desde el Consell aseguraron que «no se puede hablar con exactitud de si sube o baja el número, porque a pesar de todos los estudios realizados sobre su población, el número puede variar mucho en función de los niveles de agua, la calidad del alimento que encuentren en la zona, y depende también de las condiciones cambiantes que hallen en otros parajes donde suelen residir, que les obliguen a moverse o trasladarse».