El cambio de puestos ambulantes a casetas, y la distribución de unas frente a otras, ha desatado cierta polémica en el mercadillo de verano, ubicado en la plaza Castilla, al inicio del Paseo de Santiago Bernabeu. Y es que tanto vecinos como turistas señalaron ayer a este diario que «la forma de la ordenación de las mismas presenta diversos problemas de accesibilidad, comodidad y seguridad, que podrían verse incrementados cuando aumente la población de Santa Pola de cara a finales de julio o principios de agosto». Por su parte, desde el Ayuntamiento explicaron que se ha realizado esta actuación para evitar el ruido del desmontaje de los puestos ambulantes y favorecer el entorno comercial en la zona.

«Me parece fatal la distribución, porque en verano la gente no va a caber por estos pasillos, ya que esto se ha convertido en una especie de túnel, y van a pasar mucho calor tanto los turistas como los vendedores, porque se corta la brisa marina», afirmó Dori Viejo, vecina del municipio. Además, Pepa Ferrández, que vive en la villa marinera, indicó que «las casetas han quitado las vistas a los apartamentos, y también se ha aumentado el calor en los edificios». Marisol Beneito, también residente, añadió que «ponen en riesgo la seguridad, porque se ha borrado un paso de peatones y, por el otro, tienes que adivinar el acceso a la playa». Por ello, Beneito aseguró que se encuentran recogiendo firmas de diversos vecinos de la zona para que el Ayuntamiento cambie la distribución de las casetas o la ubicación.

Una minoría de vecinos y turistas, señalaron que «se encuentran bien distribuidos, más ordenados, pero no gusta que tapen las vistas del paseo y, además, hay algunas zonas un poco cerradas», como comentaron Marcos Quesada y Javier Molina, que pasan el verano en la localidad.

Por su parte, el concejal de Mercadillos, Samuel Ortiz, explicó que «este año se ha optado por la instalación de casetas, en lugar de puestos ambulantes, para reducir los ruidos que se producían al instalarlas, y, sobre todo, con el desmontaje de los puntos de venta, que se realizaba a la una de la madrugada». Y es que «precisamente algunos vecinos, ya habían presentado quejas anteriormente al Síndic de Greuges por el impacto auditivo que causaban. Además, la nueva distribución también cumple todas las medidas de seguridad», según indicó el edil de Mercadillos.

Asimismo, «se ha reducido y concentrado el número de puestos, colocándose unos frente a otros, en un punto para crear una especie de galería comercial y poder ofrecer mayores comodidades tanto a vendedores como a compradores». En este sentido, «se mantuvo una reunión con los comerciantes, debatiendo donde asentar los puestos, y ganó la plaza Castilla. Al respecto, los mismos se han comprometido a elevar la calidad del producto vendido para contribuir con el ambiente de galería comercial», indicó Samuel Ortiz.

En total, se han instalado 82 casetas, frente a las 94 que había en 2015, mientras que en el otro mercadillo de verano en Playa Lisa hay 35 puestos como en 2015.