Ante las quejas por la demora del correcto funcionamiento de los puntos accesibles de Santa Pola, la Playa de Levante vuelve a contar, desde el pasado fin de semana, con una zona adaptada, que se encuentra funcionando «provisionalmente bajo mínimos». Sin embargo, el otro espacio exclusivo para personas con movilidad de reducida, situado en Gran Playa, todavía tendrá que esperar hasta principios de julio, para contar con un servicio completo. En este sentido, desde el Ayuntamiento aseguran que el problema deriva de un retraso en la adjudicación del personal necesario para encargarse de esas zonas.

Santa Pola, que actualmente cuenta con dos puntos accesibles, uno en la Playa Levante y otro en Gran Playa, había publicitado, vía online, que a partir del día 11 de junio estarían disponibles estos espacios. No obstante, al no cumplirse dicha previsión y encontrarse estas zonas sin personal, ni sillas anfibias, los familiares de las personas con movilidad reducida acudieron en diversas ocasiones al Ayuntamiento para buscar una solución. La respuesta fue rehabilitar la zona de la Playa Levante, poniendo a disposición de los usuarios dos sillas anfibias (como hay cuando funciona normalmente el servicio), diversos asientos bajo el toldeado de sombra y se volvió a contar con el personal cualificado necesario, aunque en menor número, para vigilar el lugar y ayudar en el baño a estas personas.

«Esto es una medida provisional, que surge ante la necesidad de las personas, por lo que dicho punto se ha puesto en funcionamiento "bajo mínimos", a falta de disponer de todo el personal necesario que requieren estos dos accesos», señaló Mercedes Landa, concejal de Playas.

Por su parte, desde el edil de Accesibilidad, Lorenzo Andreu, señaló que «el retraso del correcto funcionamiento de estas zonas proviene de la falta de personal, ya que de las 20 personas que se solicitaron, hasta el momento, solo nos han remitido a siete, por el grado de especialización que exigíamos para el puesto y porque se produjo un colapso en el Servef». En este sentido, antes se requería el título de monitor para discapacitados, mientras que ahora se ha abierto la oferta a cuidadores y auxiliares para personas con movilidad reducida, con el fin de lograr completar el equipo necesario para poner en funcionamiento los puntos de ambas playas. Y es que, con la normativa vigente, uno de los monitores debe atender a la persona en el agua, junto a su familiar, por lo que esto hace que se requiera más personal en dicha zona.

Por ello, se estima que a principios de julio, «la fecha que nos ha indicado el Servef para proporcionarnos el resto de personal necesario», señaló Landa, se habilite también de forma correcta la zona accesible de Gran Playa. Asimismo, este punto es el que recibe normalmente las excursiones de personas con movilidad reducida, por los usuarios esperan que «se solucione cuanto antes, y el servicio esté disponible el 1 de julio como nos indicaron». Al respecto, la edil aseguró que esto «suma cierta urgencia para ponerlo en funcionamiento, ya que hay personas llamando desde Semana Santa y se espera poder retomar la normalidad y manteniendo los servicios del año pasado, que de cara al próximo año se ampliarán», explicó la edil.