La flota pesquera de arrastre ha comenzado ya el paro biológico después de estar dos años en continuo trabajo en las costas del sur de la provincia. Este paro es necesario para regenerar los caladeros y permitir un respiro biológico a la biodiversidad de los fondos marinos de la zona. El momento, según Ángel Luchoro, patrón de la Cofradía de Pescadores, es idóneo porque es en este mes cuando los peces de consumo comienzan a reproducirse. Además, añade, los pescadores aprovechan este momento para descansar y para poner a punto los buques.

Los 32 barcos de arrastre que operan en Santa Pola estarán parados hasta el próximo 1 de junio, al igual que la flota pesquera de Torrevieja y Villajoyosa. Según informan desde la Cofradía de Pescadores, la flota de arrastre supone el 75% de la producción de pescado en la lonja de Santa Pola. Esto supondrá que saldrán al mercado 2.500 cajas menos de pescado, y que la lonja se tendrá que surtir con la producción de las artes menores y el palangre, que se sitúa entre las 800 y las 1.000 cajas.

Según el encargado de la lonja, Pepe Andreu, la mitad de la plantilla de la Cofradía de Pescadores estará de vacaciones durante este período y la lonja notará el descenso a nivel económico. A partir del 15 de mayo, y durante otro mes, la costa de Murcia realizará su paro y el mes de junio será el turno para los pescadores de arrastre de Altea, Calp, Dénia, Xàbia y el resto de la Comunidad Valenciana.

El paro biológico viene determinado por las leyes comunitarias sobre pesca y siempre está acompañado de informes científicos que avalan la necesidad de realizarlo. La información del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) obligaban a realizar este paro en la costa mediterránea.

En cuanto a las subvenciones para los trabajadores, aún no se han concretado las cuantías para este descanso, según Luchoro, aunque el FEMP sí que les ha asegurado las líneas de ayuda que compensan el paro de actividad obligatorio. La retribución económica que recibirán los pescadores será diferente para cada navío.

Inmovilidad de los buques

Asimismo, la Cofradía de Pescadores se reunió ayer con la Capitanía Marítima y la Secretaría General de Pesca para lograr encontrar una fórmula que permita que se puedan mover los barcos desde el puerto al dique seco. La normativa obliga a la inmovilidad del buque durante el paro biológico, pero los pescadores reclaman su traslado. Ángel Luchoro aseguró tras el encuentro que es necesario para que puedan realizarse las revisiones y puestas a punto pertinentes para el correcto funcionamiento y mantenimiento de los buques.

El patrón de la Cofradía de Pescadores afirmó que la reunión concluyó con una disposición absoluta entre las partes para poder realizar el traslado, siempre y cuando la Secretaría General de Pesca considere motivadas las causas. En este caso, se aprobaría la petición y posteriormente la Capitanía Marítima sería la encargada de autorizar el movimiento de las naves. Según Luchoro, esperan que llegue a tiempo para aprovechar el mes de descanso biológico para poner a punto de los arrastreros. El próximo paro se conocerá a finales de este mismo año.