Del tirón y sin bajar de la bicicleta, solo para lo extrictamente necesario. Así, once ciclistas, la mayoría de ellos de Santa Pola y, el resto de distintos puntos de la provincia, llegaron ayer a la villa marinera tras recorrer más de 600 kilómetros, desde Barcelona.

Jaime Espinosa, Jerónimo Buades, Ulises García, Antonio Martínez, Juan Cárdenas, Vicente Manzanaro, Andrés Penalva, Santi Juan Navas, Toni Terol, José Antonio Bonmatí y Nacho Navarro se han convertido en auténticos héroes al afrontar todo un reto.

Animados por una única motivación, estos aficionados a las dos ruedas se lanzaron a esta aventura para recaudar fondos para la lucha del cáncer. En total, han logrado reunir más de 3.000 euros, gracias a las donaciones de empresas y de particulares, que irán destinados a la Asociación de Padres de Niños Contra el Cáncer, una entidad a nivel nacional que ayuda a las familias que no pueden costearse una estancia cerca el hospital en el que reciben el tratamiento. «A raíz de un caso cercano, decidimos movilizarnos y aportar nuestro grano de arena. Estamos muy cansados, pero, sin duda ha merecido la pena el esfuerzo», reconoció ayer Antonio Martínez, uno de los ciclistas.

Y es que, el recorrido que han realizado estos aventureros ha sido todo un desafío. El sábado partieron desde la Sagrada Familia, a las 10 de la mañana y ayer llegaban al Castillo de Santa Pola, pasadas las 13.30 horas, entre aplausos y un caluroso recibimiento de familiares y vecinos.

Sin dormir, por carretera nacional y con el viento como el principal enemigo, los ciclistas han superado toda una odisea, para la que se han entrenado duro cada día. Procedentes de todo tipo de profesiones, desde autónomos, electricista, profesor, pescador, cocinero, funcionario, comercial de bollería, etc. estos amantes del deporte han dejado huella. Con edades diversas, el más joven, 20 años y el más mayor, con 44, en 2015 ya pedalearon desde Madrid a Santa Pola por la misma causa. Ahora no descartan volver a repetir la experiencia.