Santa Pola cuenta desde esta semana con una nueva sede cultural. Uno de los puntos aprobados en el pleno de marzo, fue la aceptación por parte del Ayuntamiento del legado de Villa Adelaida, una finca situada en la avenida Maribel López Pérez-Ojeda -antes avenida de Portugal-, conformada por un gran caserón de 1912 y unos bonitos jardines.

Precisamente, el nuevo nombre de la calle -aprobado recientemente por la Corporación Municipal- es un homenaje a la que fuera la propietaria de esta finca, la primera mujer santapolera con carrera universitaria, fallecida en 2015. Ahora el Consistorio tendrá que acondicionar este espacio para reconvertirlo en un centro para las artes y la cultura, por expreso deseo de Maribel López. Para ello se van a efectuar, según fuentes municipales, dos o tres actuaciones clave, como limpiar el jardín y eliminar la maleza, o poner un cartel indicando la finalidad de este lugar, que acogerá múltiples manifestaciones culturales, entre ellas conferencias, conciertos o proyecciones.

Para valorar en su justa medida lo que supone Villa Adelaida, habría que conocer un poco a la que fue su propietaria. María Isabel López Pérez-Ojeda nació en Cartagena en 1931, pero pasó su infancia y juventud en Santa Pola. Cursó estudios de bachillerato en el colegio Jesús María de Alicante. En 1952 se casó con el suizo Edgar Werner Hopf, y se trasladaron a vivir a California. Tan sólo un año y medio después de su matrimonio, el joven murió en un accidente de esquí. Entonces Maribel decidió quedarse en Estados Unidos y estudiar Lenguas Románicas y Literatura en la Universidad de Berkeley, periodo durante el cual, conoció al que sería su segundo marido, el profesor de origen alemán Hans Bremermann. Después de pasar un año en Alemania, se instalaron definitivamente en Berkeley, donde Hans consiguió plaza de profesor asociado.

Por su parte, Maribel López se convirtió en la primera santapolera en obtener una licenciatura en una universidad extranjera, la de Arte y Filosofía y Letras en 1960. Desde ese momento y hasta su jubilación, en 1990, ejerce de profesora en la Universidad Estatal de San Francisco. En 1996 fallece Hans, su esposo, y tres años después, contrae matrimonio con el que sería su último marido, el galerista y pintor hindú Shami Mendiratta. Poco después se trasladaron a vivir a Santa Pola, donde esta profesora y poeta pasó los últimos años de su vida.

Villa Adelaida constituyó el lazo más fuerte de Maribel López con la localidad marinera. Visitaba Santa Pola con frecuencia, rememorando el tiempo que vivió aquí siendo niña y adolescente. El gran caserón era el legado de su familia, la memoria viva de sus antepasados y consideraba que debía «conservarla y preservarla para las futuras generaciones». Un deseo que se ha hecho realidad.