Abornasa reabrió su planta el pasado mes de diciembre, pero sólo para el tratamiento de residuos inertes, y el Ayuntamiento de Crevillent decidió continuar trasladando allí los residuos o enseres no orgánicos. Anteriormente, la empresa decidió suspender temporalmente el servicio de recogida de residuos tras la sentencia que anulaba el contrato con el Ayuntamiento de Crevillent, al carecer de la licencia ambiental para poder actuar. El alcalde anunció entonces que esta reapertura supondría para el Consistorio un ahorro de casi 50.000 euros en 2016. M. l.