El Juzgado de lo Contencioso número 2 de Elche anuló el pasado 19 de febrero la sanción de ocho meses de suspensión de empleo y sueldo impuesta en 2011 por el Ayuntamiento de Crevillent al arqueólogo y director de los museos Arqueológico y Benlliure, Julio Trelis, denunciado por dos trabajadores por recibir un trato vejatorio. En este caso, el juzgado no entra a valorar si el funcionario cometió los hechos por los que fue sancionado, únicamente establece que hay defectos de forma en el procedimiento.

El Ayuntamiento de Crevillent sancionó al funcionario en 2011, suspendiéndolo con ocho meses de empleo y sueldo por dos faltas leves, «incorrección con el público, superiores, compañeros o subordinados» y por «el incumplimiento de los deberes y obligaciones del funcionario», y cuatro faltas graves consistentes en «grave desconsideración con los superiores, compañeros o subordinados», según el expediente. Contra esta sanción, Trelis presentó recurso y el juzgado ha fallado ahora que el instructor del expediente disciplinario, el actual jefe de personal del Ayuntamiento de Crevillent, vulneró los principios de contradicción y de igualdad, y anula la resolución por «no ser conforme a Derecho», alegando defectos de forma.

El Ayuntamiento deberá decidir si presenta recurso de apelación frente a la sentencia -tiene de plazo hasta el martes- o reinicia la tramitación del expediente disciplinario. De momento, la concejal de Personal, Mari Carmen Candela, informó de que los servicios jurídicos municipales están estudiando las distintas opciones. Si no recurre ni reinicia el expediente de nuevo, deberá pagar al funcionario los meses que estuvo sancionado con intereses.

En el año 2009, dos trabajadores del Ayuntamiento de Crevillent (un ayudante de museos y una auxiliar administrativa de la Casa de Cultura) presentaron sendas denuncias internas alegando que habían sido objeto de trato vejatorio de su superior, lo que provocó, meses más tarde, la apertura de un expediente disciplinario por parte del Consistorio al entonces director de la Casa de Cultura, Julio Trelis, con el fin de esclarecer los hechos. Poco después, los dos denunciantes dejaron de trabajar para el Ayuntamiento de Crevillent, según explicaron en su momento fuentes municipales, «por recortes presupuestarios».