La religiosa crevillentina Hermana Josefa Pastor Miralles es Licenciada en Ciencias Sagradas por el Instituto «Mater Immacolata» de Barcelona. En la actualidad, está destinada a la Congregación de Roma. Fue pregonera de la Semana Santa crevillentina en 2015. En su faceta de escritora, ha publicado 15 libros que se han traducido a varios idiomas. La última, repasa la dimensión como exorcista del Padre Palau y la persecución sufrida ante la controversia de unos rituales por los que llegó a ser encarcelado.
¿Cómo nace la idea de crear su última obra, «El Exorcista»?
Este libro es la consecuencia de mi ponencia en el Congreso Internacional de Exorcistas, celebrado en Roma en octubre de 2014. A mí me buscaron para intervenir y me pidieron que en mi ponencia hablara del Padre Palau (fundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos) como exorcista, porque a pesar de que era un exorcista oficialmente declarado santo por el papa Juan Pablo II, consideraban que no era lo suficientemente conocido por esa faceta. Después de mi intervención, mi superiora me dijo: «Josefa, es un tema que por una parte produce curiosidad y por otra repelús y miedo», y me propuso que lo ampliara en un libro, porque incluso en la congregación, siendo nuestro fundador, conocemos poco ese aspecto de él, y así surgió la idea. No fue cosa mía.
¿Usted ya había estudiado la figura de Francisco Palau como exorcista?
Si, y a fondo, porque yo fui destinada por primera vez a Roma cuando era joven para redactar la «positio histórica» del Padre Palau. Las causas para la canonización y beatificación de las personas pueden ser históricas (si la persona hace tiempo que ha fallecido) o de testimonios, y ésta fue histórica. Tardé siete años en hacerla y me pasé mucho tiempo investigando y viajando a lugares donde él había estado (civiles, eclesiásticos, públicos, privados?) para recoger toda la documentación. Y uno de los capítulos de esa «positio histórica» es «El Exorcista», todo un tema dedicado de su misión como exorcista en el siglo XIX.
¿En qué consistía la labor del Padre Palau como exorcista?
Fue una labor muy complicada, yo diría que heroica. Considero que si hay algún acto de amor y de cariño en el Padre Palau, es el de exorcista, pues entregó su vida y su caudal económico, todo lo que él tenía, para poder recoger en una especie de hospital (algo similar a un psiquiátrico actual) a toda esa gente considerada loca y abandonada. Él sintió la voz interior de Dios que le decía que algunos de estos enfermos habían sido poseídos por el demonio. Esa voz le decía: «Yo te doy a ti la misión de ejercer el ministerio de la Iglesia Católica del exorcistado», y se dedicó a ello. Es una misión dramática, pues el tema produce muchas veces extrañeza y repelús. Por ello fue calumniado, perseguido y encarcelado durante varios meses, pero no pudo dar marcha atrás porque insistía en que era un mandato de Dios.
¿En qué consistían esos rituales de exorcismo?
La Iglesia Católica tiene un ritual concreto de exorcismos, hasta el papa Juan Pablo II ha seguido el mismo ritual que utilizó el Padre Palau, pero el propio Juan Pablo II nombró una comisión para realizar una reelaboración y actualmente hay otro ritual católico para practicar exorcismos con sus oraciones, con sus interrogatorios, con todo el tema desarrollado. Pero si hay exorcistas que quieren seguir practicando el antiguo, lo pueden hacer.
