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Crevillent

Una acequia de la época emiral en Crevillent

El hallazgo sitúa a esta obra musulmana entre las más importantes y tempranas de la Península

Una acequia de la época emiral en Crevillent

El histórico sistema de riego de la Font Antiga de Crevillent tendría su origen en la transición de los siglos VIII-IX, en época del Emirato de Córdoba. Así lo prueba un inédito tramo de acequia de unos 30 metros, descubierto en el transcurso de las excavaciones que se han llevado a cabo durante semanas en los parajes de «El Prao» y la «Séquia Fonda», en distintos sectores a lo largo del tramo medio del complejo hidráulico.

El director de las excavaciones, el arqueólogo crevillentino y conservador del Museo Arqueológico de Villena, Josep Menargues, ha explicado que la acequia emiral ha podido ser datada gracias al hallazgo de un lote de cerámicas que formaban parte de la argamasa de la mampostería o disposición de cimentación. El arqueólogo asegura que el recorrido que presenta esta acequia es muy diferente a los otros conocidos, y corresponde a una primitiva fase de fundación que se encuentra prácticamente desaparecida.

Este proyecto de investigación está autorizado por la Conselleria de Educación, Investigación, Cutura y Deportes de la Generalitat Valenciana, junto a la Confederación Hidrográfica del Segura.

En 2011, las excavaciones realizadas por el mismo investigador en la «Tanca del Forat», en las cercanías del acueducto de Els Pontets, sirvieron para, además de sacar a la luz un molino y un azud musulmanes, reconstruir la secuencia histórica de estos canales abandonados. En aquella ocasión se distinguió un recorrido de acequias del siglo XIX, otro del siglo XVIII y otro aún más antiguo de época musulmana. En las publicaciones que se derivaron de estos trabajos se sugirió que las obras fundacionales de este periodo tenían su origen en el siglo IX, debido a sus características arquitectónicas, pero no se pudo llegar a precisar.

Las pruebas desenterradas en esta ocasión permiten demostrar que gran parte del monumento crevillentino se remonta a los primeros momentos de la organización poblacional islámica de Al-Andalús. La datación resulta de gran importancia ya que sitúa esta obra musulmana entre las más tempranas e importantes de la Península Ibérica, siendo contemporánea del acueducto cordobés de Medina Azahara y también de la Mezquita de Córdoba, monumento cumbre del arte andalusí. Según Josep Menargues, los paralelos cronológicos del conjunto habría que buscarlos en el poblado emiral de «El Forat».

Asimismo, los resultados de aquella investigación de 2011 permitieron a los expertos identificar e interpretar la mayor parte de las piezas y mecanismos que integraban la compleja red de canalizaciones, presas y molinos andalusís arruinados. Además del conocido «qanat», resultaron especialmente novedosas la formas de captación y almacenaje de las aguas superficiales y su aprovechamiento para el riego.

Por otra parte, en estas últimas semanas también se han descubierto diversas cerámicas del siglo XIX y una medalla de plata del Ángel de la Guarda, esta vez en los sondeos del basamento de la acequia procedente de los «Molinos de Morales» y «El Prao», materiales todos ellos acordes con la construcción del último canal, que estuvo en funcionamiento hasta los años 70 del siglo pasado.

Los objetos y restos arqueológicos se encuentran sujetos a estudio y clasificación y están pendientes de publicación.

Una red histórica

Entre sus muchas singularidades, la «Font Antiga» presenta una red de galerías filtrantes y túneles que reciben el nombre árabe de «qanat». Su construcción perseguía la captación de las aguas freáticas y de manantiales, y se relaciona con la organización de riego e implantación de las fundaciones colonizadoras andalusíes.

La red de regadío local aparece citada por primera vez en 1318 en un legajo del Rey Jaime II. El científico ilustrado Josep Antoni Cavanilles la visitó a finales del siglo XVIII y puso de ejemplo de tesón y empeño en busca de aguas subterráneas a los crevillentinos que en esos años se hallaban perforando diversos túneles. También mereció la atención del presidente de la Royal Geographical Society, Sir Clements R. Markham, geógrafo y militar británico autor de un estudio sobre dicho «qanat» que tuvo la ocasión de contemplar en la década de 1860, todo con la intención de reproducir su esquema de riego en las colonias asiáticas del imperio victoriano.

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