Un terremoto alcanzó ayer Crevillent de magnitud 3,4 en la escala Richter, sin causar heridos, ni daños materiales. El movimiento sísmico registrado a las 16.47 horas tuvo como epicentro la localidad alfombrera, pero también se dejó sentir en las poblaciones cercanas como Elche, Aspe, Novelda y Alicante, según el Instituto Geográfico Nacional. Aunque, algunas localidades de la Vega Baja también se percataron del seísmo.

Desde la Policía Local de Crevillent confirmaron que el terremoto apenas duró cinco segundos, incluso algo menos, por lo que no hubo que lamentar ni daños materiales y humanos. Por su parte, el 112 contabilizó más de una veintena de llamadas relacionadas con el seísmo desde las localidades de Crevillent, Novelda, Elche y Aspe. Desde la jefatura local de la localidad donde más se notó la vibración señalaron que los vecinos llamaron preocupados por el fuerte movimiento y alarmados por si había que tomar alguna medida de prevención. No obstante, ni la Policía Local, ni los bomberos tuvieron que hacer ninguna salida de emergencia por este motivo.

En esta línea, según el geógrafo ilicitano, Vicente Bordonado, el seísmo tuvo una profundidad de 10 kilómetros, por lo que no está considerado de una gran intensidad como para producir daños considerables.

Buen susto

Pese a que la vibración duro algo menos de cinco segundos, los crevillentinos se llevaron un buen susto. Vecinos de la localidad alfombrera notaron cómo temblaban los cristales de sus casas y como se movían las lámparas, los muebles y los sofás. De hecho, algunos aseguraron haber oído crujir los edificios, por lo que decidieron salir inmediatamente de sus casas, asustados por si el suceso iba a más.

Otros que se encontraban en la sierra también se percataron del pequeño seísmo. En Elche y Aspe también vieron las vajillas temblar por un instante.