El Calvario de Santa Pola es un barrio de toda la vida en el que los vecinos se conocen desde siempre. Por eso la desaparición de la joven Remedios estuvo en boca de todo el mundo en 1991 y lo sigue estando ahora, cuando la mayoría de vecinos dicen recordarla claramente a ella y a las circunstancias que rodean su ausencia. La familia de cinco hermanos de la joven, que dejó un hijo de dos años cuando desapareció, ha convivido con algún que otro comentario que les ha hecho sospechar que hay vecinos que saben más de lo que dijeron en su día. Al menos así lo plantean los padres, que están soportando con entereza la presencia de medios de comunicación, cámaras y conexiones en directo en los últimos tres días y que no esconden a los periodistas que les hubiera gustado que el pozo se inspeccionara hace años y que quienes han aportado nueva información lo hubieran hecho mucho tiempo atrás. e. g. b.