A todo ritmo. Gran Alacant se convertirá este curso escolar en uno de los lugares con más saturación de alumnos y con más barracones de la provincia alicantina. El colegio Vicenta Ruso acogerá a partir de septiembre a más de 900 niños, cuando sólo está preparado para 450, y lo hará a golpe de aulas prefabricadas.

El centro educativo de la zona residencial con más crecimiento del término de Santa Pola contará con 13 módulos, que ya han comenzado a instalarse en el recinto anexo.

Así, esta semana las grúas han tomado el terreno del solar municipal cedido por el anterior equipo de gobierno popular, con el objetivo de descongestionar las zonas comunes del colegio, ya que los niños tenían que salir al patio por turnos ante la masificación existente.

De esta manera, el solar contiguo al «Vicenta Ruso» albergará diez aulas prefabricadas de 45 metros cuadrados para los ciclos superiores de Primaria, entre ellas las que ya existían. Además, sobre esta parcela se instalará un aula de 30 metros cuadrados con funciones de apoyo, un almacén de 15 m2 para diferentes usos, así como aseos para alumnos y profesores.

Con esta nueva remodelación, que va a ser asumida por el Consistorio santapolero, habrá, además, tres aulas destinadas a comedor. Con ello, la zona donde se encuentra el inmueble escolar estará directamente unido al área de los barracones, donde habrá además una zona de esparcimiento con pérgola, una pista deportiva, una valla perimetral y un espacio ajardinado.

Duras críticas

Esta situación ha sido duramente criticada por la Asociación de Padres y Madres del colegio Vicenta Ruso que consideró insuficiente el espacio de recreo que se está previsto habilitarse en el solar contiguo.

En esta línea, los familiares de los alumnos han convocado a lo largo del pasado curso numerosas marchas por Gran Alacant para exigir un segundo colegio público y un instituto para la zona. Y es que, la zona residencial lleva alrededor de una década reclamando un nuevo centro escolar ante el continúo crecimiento de la población.

De hecho, el anterior ejecutivo local prometió su construcción pero finalmente no la llevó a cabo ante la crisis económica del Consell. También ocurrió lo mismo el Centro de Iniciativa Social (CIS) aprobado por la Generalitat y el Consell, que también quedó en el tintero.

Ahora, los padres esperan poder tener los barracones acondicionados a tiempo para dotarlos de material y mobiliario y comenzar el curso académico con «normalidad».