El nuevo equipo de gobierno santapolero rebajará en 14.000 euros el presupuesto de las fiestas patronales y destinará un montante total de 165.000 euros a la programación festera, que arrancará el 31 de agosto en honor a la Virgen de Loreto.

Un recorte que ha afectado principalmente a la reducción del gasto (4.500 euros menos) para el viaje que se regala a las reinas de las fiestas, así como a la cantidad que se empleaba para el pregón. Y es que, el traslado del acto del Castillo Fortaleza al auditorio del Palmeral permitirá pasar de 17.000 euros de desembolso a 12.000 euros. Asimismo, en el alumbrado de las fiestas también habrá un ahorro de 2.500 euros.

Pese a ese tijeretazo, desde la concejalía de Fiestas, su regidora, Anna Antón, garantizó que «no se va a notar el descenso del gasto en la partida, ya que hemos recibido una oferta en cuanto a iluminación y, en cuanto a las actividades, vamos a incorporar algunas nuevas». En este sentido, la edil de Fiestas explicó que «nos hemos visto obligados a reducir el presupuesto porque con la partida total para fiestas que quedaba no era suficiente para sufragar las de Navidad. El año pasado ya se había echado mano del dinero que contábamos para éste», explicó Antón.

De esta manera, una de las novedades que ha introducido el Ayuntamiento es un «sopar del cabaset» el día 4 de septiembre en la calle Elche, que se instalará desde la calle Iglesia hasta Ramón y Cajal y contará con alumbrado festero y música.

«Queremos fomentar la convivencia vecinal y es un buen momento para salir a la calle y compartir una noche con la gente del pueblo», apuntó la edil del área. Así las cosas, las entradas para alquilar mesa y sillas estarán disponibles los días 28 y 29 en el Centro Cívico.

Por otra parte, Santa Pola también recuperará una antigua tradición para estos festejos, que anunciaba el cierre de los comercios y el inicio de los desfiles. Los días 3 y 6 de septiembre, a las 15 horas, tendrá lugar una «cohetà».

A esta novedad, se sumará un pequeño cambio organizativo los días 6 y 8. Para estas dos jornadas, el Ayuntamiento ha decidido retrasar el castillo de fuegos artificiales de la playa de Levante a la 1 de la madrugada, con el fin de que los festeros que participan en los desfiles tengan tiempo suficiente para disfrutar del espectáculo pirotécnico. Además, la ofrenda floral también experimentará una alteración en cuanto a organización, ya que se realiza en el Castillo, donde el aforo máximo se ha visto limitado. «Con el fin de mantener el acto en el patio de armas y que no desparezca la tradición, vamos a buscar que sea más dinámica para evitar la saturación que se daba», precisó la concejal de Fiestas.

Así las cosas, aunque este ejercicio se ha dejado notar la entrada del nuevo ejecutivo local en la programación, el Ayuntamiento ya tiene la vista puesta en el próximo año.

«La fiesta necesita alegría, y así nos lo trasladan los vecinos. Hay que potenciar las actividades en la calle y el año que viene tendremos más tiempo para hacer más cambios. Mejoraremos los desfiles y engalanaremos mejor el Castillo, por ejemplo», apuntó la edil de Festejos.