La caída de varias palmeras en el municipio santapolero durante este verano ha hecho saltar las alarmas entre el Ayuntamiento ante la afluencia de turistas en la población costera.

La falta de mantenimiento de los ejemplares durante los últimos seis meses es la causa, que según el actual equipo de gobierno, ha propiciado el desprendimiento de los troncos en mitad de las calles.

Según el concejal de Servicios Públicos, Paco Soler, la ausencia de unos arneses de seguridad para los trabajadores municipales, durante la pasada legislatura popular, hizo que en el municipio costero no se llevara a cabo ninguna labor de poda y revisión para subir a los troncos de las palmeras.

«Nos hemos encontrado con que desde feberero a junio no se ha mantenido ningún ejemplar, no se han cortado las ramas que debían, y eso unido a los dátiles, además de los efectos del picudo han puesto en peligro el palmeral», apuntó Soler.

Así las cosas, desde el Consistorio santapolero se han visto obligados a contratar a un equipo de palmereros de Elche para podar de emergencia los ejemplares con más riesgo de caída.

Además, según el edil de Servicios Públicos, el ejecutivo local tiene previsto reestructurar el área de jardinería, al detectar falta de preparación. Con ello, uno de los objetivos es crear plazas técnicas de agrónomos, según Soler.

La villa marinera cuenta con un total de 1.800 palmeras, que según el Consistorio santapolero están sin podar, cuando esta tarea tendría que haber sido realizada antes de junio.

El último accidente, ocurrido durante esta semana, que acabó con la caída de un ejemplar sobre un coche provocó que el Ayuntamiento tuviera que cerrar el mercadillo de Peñagrande por prevención ante el riesgo de más palmeras afectadas.

El desprendimiento, agravado por las fuertes rachas de viento, hizo necesaria la intervención de los bomberos.