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Crevillent reconstruye el campo de vuelo de palomos deportivos tras sufrir vandalismo

El club de colombicultura se ve obligado a renovar las instalaciones destrozadas en un año que coincide con la celebración de su 75 aniversario - Los amantes de este deporte reclaman mayor respeto para unas aves cada vez más profesionalizadas

Crevillent vive inmerso en la reconstrucción de un nuevo campo de vuelo de palomos deportivos tras sufrir importantes destrozos por actos vandálicos en un año que coincide con el 75 aniversario del club de colombicultura Virgen de la Paz.

La asociación, de gran arraigo en la localidad, se ha visto obligada a partir casi de cero para poder poner en pie unas instalaciones estrenadas en el año 2000 en la partida Barrosa, que se vieron completamente destrozadas en el verano. Los daños, según destacaron desde la asociación, ascendieron a 3.000 euros.

Ahora, con una subvención municipal, los amantes de este deporte han renovado los cajones utilizados por los palomos y han solicitado apoyos de madera prefabricada para evitar así los asaltos en busca de chatarra.

Asimismo, el club ha buscado apoyos en instituciones benéficas como la Cooperativa San Francisco de Asís para conseguir dar un impulso a la reconstrucción y así poder preparar el campeonato comarcal juvenil que se celebrará en abril y un concurso conmemorativo del 75 aniversario en mayo para toda la comarca.

En Crevillent, tradicionalmente y antes del año 2000, se volaba en el paseo Calvario donde se encuentra la sede del club, pero el incremento de edificios y cables, con los que los palomos sufrían cada vez más percances, obligó a la entidad a cambiar de ubicación.

En peligro

Sin embargo, además de los obstáculos que sufre la suelta de palomas, desde el club crevillentino denunciaron la incomprensión de vecinos que no respetan los ejemplares y, en ocasiones, los ponen en peligro.

«Es una pena que a pesar de ser un deporte tan antiguo todavía exista gente que no nos permita entrar a su casa a sacar los palomos si por un accidente nos caen dentro de su propiedad», señaló Jorge Tomás, de la asociación de colombicultura Virgen de la Paz.

Ante ello, el colectivo ha reclamado una mayor concienciación y respeto a un deporte que, según sus defensores, está cada vez más profesionalizado y los palomos reciben una educación de alrededor de dos años para ser competitivos y participar en los campeonatos que comienzan en noviembre y finalizan en junio.

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