Cansados y molestos por la falta de servicios en un residencial con apenas cuatro años de vida. Vecinos de El Pinar de Crevillent, la moderna urbanización ubicada junto al polígono El Boch y la nacional 340 han denunciado el abandono de la zona ante la carencia en iluminación, mantenimiento, limpieza y zonas verdes.
Y es que esta zona de residencia, principalmente de gente joven, que está habitada desde 2010, todavía sufre los efectos de la paralización de las obras por parte del urbanizador del sector R-10.
«Pagamos nuestros impuestos como todos los crevillentinos, la luz, el agua, la basura y además un IBI que supera los 400 euros, como si se tratara de una urbanización de lujo y no disfrutamos de los mismos servicios que el resto de vecinos», criticaron ayer los residentes.
En este sentido, los matorrales en mitad de las aceras, los solares vacíos, la existencia de escombros, la peligrosidad de la montaña con desprendimientos y gran parte de las calles oscuras han elevado el malestar de un gran número de vecinos de El Pinar.
Y es que, según explicó el concejal de Obras, Rafael Candela, ayer a los vecinos, la causa que explica la falta de servicios en torno a este complejo de viviendas se debe a que el Ayuntamiento tuvo que recibir en 2010 de forma parcial las obras para evitar que los vecinos perdieran las subvenciones. Los vecinos comenzaron a habitar sus casas con una urbanización a medio hacer en la que había proyectado jardines, zonas verdes y juegos infantiles. Según Candela, en 2012, el promotor pidió al Ayuntamiento que se suspendiera el sector dos años con la prórroga de dos años más, por lo que los equipamientos prometidos han quedado en el aire. «A partir de ahí, si acaban los plazos y el promotor no finaliza las obras, el Consistorio tendrá que asumir los costes de la urbanización pendiente y luego reclamar el coste al promotor», explicó Candela.
La promotora de El Pinar, encargada del mantenimiento de la zona, se escudó en el desvío de una línea eléctrica por parte de Iberdrola y la conexión de la urbanización con la N 325 para pedir el aplazamiento de las obras. Ahora, todavía tiene pendiente un millón de euros para realizar las zonas verdes y la urbanización pendiente.
Por su parte, el Ayuntamiento, que tiene dos denuncias contra la promotora, se vio obligado a dotar de alumbrado público sólo parte del residencial habitado y de un enganche provisional para proporcionar el alcantarillado.
Según el edil de Obras, se cerrará con bloques todo el entorno del residencial que está sin acabar y con el nuevo contrato de limpieza, a partir de marzo, habrá servicio día sí día no.
