Las tropas cristianas serán, mañana, las primeras en hacer su entrada en Crevillent. Un gran despliegue que estará capitaneado por Vladimir Sánchez, de la comparsa Maseros, que destaca el nivel de las celebraciones crevillentinas.

¿Qué le llevó a ser capitán?

La ilusión de mi hija. Ella siempre ha vivido, desde pequeña, la fiesta de Moros y Cristianos muy intensamente, y al coincidir que ella quería ser reina con el año de la capitanía de la comparsa me animó a que fuese capitán a su lado. Además, en la comparsa tengo a todos mis amigos que también nos han animado a dar este paso tan importante.

¿Cómo está viviendo este año?

Lo cierto es que llevamos un año lleno de emociones. A lo largo del año hemos participado en muchos eventos emocionantes que te ponen los pelos de punta, como el acto de proclamación de la Casa de Cultura. Además, es un año en el que estoy haciendo muchos amigos, mi compañero el capitán moro, el resto de reinas... Somos una gran familia. Llevamos un año compartiendo muchos momentos bonitos a falta de que llegue lo mejor, la trilogía festera que viviremos con mucha intensidad. ¡Aunque llueva, Vladimir no se bajará de la carroza!

¿Cómo está respondiendo la comparsa?

Lo cierto es que nunca he visto tanta gente en la comparsa como este año. Todos se están volcando con nosotros. La comparsa es una gran familia que se multiplica durante estos días grandes. Es una alegría ver como la gente nos apoya, anima y sonríe... Es muy gratificante sentirles tan cerca.

¿Qué espera de la entrada cristiana?

Va a ser muy emocionante. Se trata de hacerlo cada vez mejor para que la fiesta ocupe el lugar que se merece. Invito a la gente de fuera a que venga a Crevillent y conozca la grandeza de nuestra fiesta.