La villa marinera ha recuperado su poderío cristiano tras vivir ayer una colosal victoria de las tropas de la cruz en la que participaron en torno a 1.100 festeros durante el segundo día de las fiestas patronales.

Una atronadora Reconquista dejó ayer un gran sabor de boca para los espectadores que disfrutaron del segundo episodio de la trilogía de Moros y Cristianos donde no faltaron los combates de arcabucería y de espadas.

Ayer fue el turno de los vencidos, después de que el bando de la media luna se hiciera con el control de la fortaleza del Castillo un día antes, las escuadras cristianas pusieron todo su empeño para recrear la histórica cita.

Las túnicas, las chilabas, los caftanes y bombachos llenaron las calles del casco antiguo de la localidad costera como antesala de la vistosa y espectacular entrada de los dos bandos que se celebra esta noche.

Con la claridad de la tarde, comenzó el desfile de cargos que permitió que ambos ejércitos tomaran posiciones en la puesta en escena. Así, los moros se trasladaron al Castillo Fortaleza que tenían que defender, mientras que los cristianos se dirigieron a la calle Francisco Santamaría desde donde el embajador, Vicente Valero, con su escolta, boato , arcabuceros y espadachines exigió con dureza la rendición del castillo.

La lucha de pólvora ensordeció a los espectadores, quienes posteriormente fueron testigos de un segundo enfrentamiento de espadas. La batalla cuerpo a cuerpo entre los paladines Alán García Amorós (del bando cristiano) y Esteban Molina Ruíz (de las huestes moras) puso punto y final a una contienda épica ya entrada la noche.

Con el alumbrado de fiestas encendido, los invasores enemogos retiraron el cuerpo de su paladín y el embajador moro, Jerónimo Buades, cedió su territorio y pidió el perdón para los suyos.

Los muros de la fortificación de Santa Pola desplegaron la bandera de la cruz y las cuatro comparsas, repletas de ánimo desfilaron tras el triunfo y entraron por la puerta grande a su morada donde el bando moro aguardaba en el patio de armas para salir hacia el puerto. Un gesto que ha marcado la novedad de este año, ya que en anteriores ediciones, los vencedores entraban por la puerta de atrás.

La admiración por las fiestas y la puesta en escena de los Moros y Cristianos, que este año ha visto incrementar el número de festeros se dejó notar ayer en la calle.