Por si fuera poco todo el revuelo que existe actualmente en torno a la gestión de las basuras en la provincia, ahora, un informe de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente acaba de considerar que la planta de basuras de Crevillent, la planta de Abornasa, donde llegan residuos de más de una decena de municipios, debería trasladarse a otro lugar debido a la incompatibilidad de su ubicación actual, lindando con zonas de especial protección paisajística como el parque natural de El Hondo.
El documento, que firman responsables y técnicos del servicio de infraestructura verde y paisaje, fue solicitado por el Ayuntamiento de Crevillent como parte de la documentación que se necesita para elaborar un plan especial en la zona y para que la planta obtenga la licencia ambiental integrada y poder seguir funcionando.
Los técnicos de la conselleria consideran incompatible la localización de la actuación con la preservación del alto valor paisajístico del entorno, no adecuándose ni a los criterios que determinaron la inclusión de la Unidad de Paisaje en la que se actúa en el Catálogo de Paisaje, ni a las normas paisajísticas. Por ello, concluye que «la actuación no está integrada en el paisaje, produciendo un importante impacto paisajístico y visual».
Ubicación
La planta de basuras de Abornasa se sitúa en la parcela 81 del polígono 22 de Crevillent, entre las veredas de Orihuela, Boch y Sendres (Vía Augusta), lo que constituyen, según la propia administración autonómica, «recorridos paisajísticos de gran interés que forman parte de la infraestructura verde territorial de la Comunidad Valenciana».
Además, linda con la zona de protección especial ecológica del parque natural de El Hondo. De hecho, la parcela está definida como área sujeta a plan especial, es decir, «zona a regenerar», indican desde Medio Ambiente.
Según el texto, la localización de la planta también es incompatible con el cumplimiento de las normas de aplicación directa y de integración del paisaje del reglamento del paisaje aprobado por el Consell en 2006, al tratarse «de una actividad incompatible con el mantenimiento y preservación del carácter de este paisaje».
Asimismo, el documento destaca que «siendo uno de los objetivos del plan especial la protección del paisaje y el medio natural se debe prestar especial atención a la propuesta de medidas correctoras e infraestructuras destinadas a evitar los impactos existentes, incluyendo el eventual traslado de la instalación y edificaciones existentes a otros sectores exteriores a los perímetros de protección y, en este caso, la restauración y regeneración de las condiciones ambientales o rurales que se establezcan como más adecuadas».
Aún así, desde la conselleria se incide en que el plan especial debería «valorar alternativas concretas para la reubicación futura de la actividad, sin perjuicio de que ésta pudiera continuar en funcionamiento, previo complimiento de determinadas condiciones y medidas».
En todo caso, puntualizan los técnicos, «aún cuando el uso resultara compatible con la preservación de los valores de este entorno o fuese una actuación de interés público, las medidas de integración paisajística propuestas serían insuficientes para garantizar la compatibilidad de la actuación con la infraestructura verde escala regional en la que se ubica la actuación y la preservación de la singularidad paisajística y la identidad visual del lugar».
En este sentido, destacan que «las medidas deberían ir más allá de la conformación de un perímetro vegetal, la instalación de carrizo para ocultar y el pintado del muro existente en parte del perímetro, con el fin de restaurar el valor paisajístico de la zona y mejorar el carácter del paisaje afectado, y en especial por su contacto directo con el área de mayor protección».
