El colegio Hispanidad sigue pendiente del derribo a falta de una semana para que comiencen las clases por lo que las intenciones de demoler el edificio escolar en las vacaciones de Semana Santa será imposible.
Ante el retraso en el inicio de los trabajos para derruir el inmueble de Primaria, desalojado desde enero de 2013 por el hundimiento del suelo en un aula, la incertidumbre se ha apoderado una vez más entre los padres de los alumnos.
El Ayuntamiento garantizó a la comunidad educativa que el derribo del colegio tendría lugar en las vacaciones de Semana Santa para no perjudicar a los alumnos de Infantil que sí que asisten a clase, pero en otro bloque no deteriorado del recinto del «Hispanidad».
En este sentido, el alcalde Miguel Zaragoza informó en enero a los propios padres que el proyecto de demolición ya estaba finalizado y que «tendría una ejecución inmediata». Asimismo, el primer edil subrayó, entonces, que esos días de paréntesis escolar serían «suficientes para ejecutar la demolición, dadas las características del colegio y las unidades que trabajarían». Además, el Ayuntamiento había elegido estas fechas para no romper con el curso habitual y las clases.
Pese a ello, según confirmó ayer Zaragoza, el proyecto de derribo del colegio Hispanidad está en el departamento de contratación de la Conselleria de Educación a la espera de que se adjudique todavía.
Un trámite que hace imposible que el derribo llegue a tiempo, tal y como se había garantizado en un primer momento.
De esta manera, los padres de los alumnos tendrán que seguir esperando la demolición del viejo edificio educativo construido hace más de 40 años, afectado por múltiples deficiencias de construcción y por el mal estado de conservación del mismo, tal y como apuntaron los informes elaborados por los técnicos del Ayuntamiento, tras el desplome.
Promesas
Junto a esta pretensión que no llega con el paso del tiempo, también, se hace más lejana la redacción del proyecto de un nuevo colegio en el mismo punto, tal y como prometió la consellera de Educación, María José Catalá.
Mientras tanto, unos 180 escolares de Primaria volverán el próximo martes al centro de formación José Tovar, donde están reubicados desde el día después del accidente, como su lugar para asistir a clase.
El pasado 11 de enero de 2013, los alumnos de sexto curso de Primaria del colegio Hispanidad vieron hundirse el suelo bajo sus pies. El desplome del forjado sanitario dejó a nueve escolares y a una profesora heridos leves tras precipitarse a una profundidad de más de un metro y medio. Tras aquel día, la resignación ha ido creciendo entre los padres de los alumnos al ver que los plazos de Conselleria no se cumplen y al desconfiar en la llegada de un nuevo colegio para sus hijos.
