La Procesión de Penitencia de Crevillent sale hoy a la calle con una importante novedad. La hermandad del Santísimo Cristo de Difuntos y Ánimas sacará por primera vez al Cristo de Benlliure de pie, en lugar de acostado.

El cambio viene motivado por las recomendaciones que expertos en imaginería realizaron recientemente después de llevar a cabo una restauración de la talla, que tenía el brazo derecho a punto de desprenderse.

La imagen de Mariano Benlliure es propiedad del Ayuntamiento de Crevillent pero la decisión de sacar al Cristo de pie viene de la hermandad que ha querido ser sensible a las recomendaciones del restaurador.

El presidente de la hermandad, José Joaquín Lledó, explicó que «la postura natural del Cristo es plantado, ya que así se aprecia bien la talla, conforme la realizó Mariano Benlliure». Además, Lledó apuntó que «el año pasado detectamos que el brazo derecho estaba a punto de desprenderse, por lo que ha sido necesaria una restauración». El presidente de la hermandad indicó que «es normal que hayan grietas en este tipo de tallas, pero no que lleguen a romperse, lo que se debía a que se había forzado la imagen más de la cuenta».

Mariano Benlliure elaboró este Cristo, de dos metros de altura, en el año 1945 por encargo de la familia Magro y una de sus peculiaridades es que sólo cuenta con dos puntos de anclaje a la cruz, que están en los pies y en la espalda. De esta forma, los brazos no están anclados a la cruz y no tienen ningún punto de apoyo.

Para sacarlo de pie la hermandad ha elaborado una nueva parihuela que conserva las particularidades de la anterior. Es una estructura de hierro de pequeñas dimensiones con cuatro antorchas, y se ha ideado con la intención de mantener la cercanía de la imagen al público que sigue masivamente esta Procesión de Penitencia durante el Martes Santo.

José Joaquín Lledó recordó ayer que «en su día el propio Álvaro Magro, anterior propietario de la imagen, ya propuso la opción de sacar al Cristo plantado para que se pudiese contemplar mejor, tal y como fue tallado por su creador». No obstante, durante los 25 años que la hermandad lleva saliendo a la calle el Cristo siempre ha salido acostado, aunque sí que se inclinó un poco la imagen para que tuviese una mayor visibilidad.

Desde la hermandad aseguraron que este cambio no es definitivo. Su presidente aseguró que «se va a probar, no es un cambio definitivo, y si no nos gusta siempre podremos volver a la parihuela anterior, que seguimos conservando». Lo fundamental, destacó finalmente José Joaquín Lledó, «es mantener las características de esta procesión que son el silencio, la oscuridad, la cercanía y la reflexión».