El Ayuntamiento de Crevillent va a regularizar las aceras y accesos de los vados permanentes con el objetivo, según explicó ayer el alcalde de la localidad, César Augusto Asencio, de «eliminar la antiestética y caótica ejecución por parte de los vecinos».

El primer edil apuntó ayer que «desde hace más de 30 años, ha sido costumbre que una vez se concedía el vado para coche a un vecino para tener acceso reservado a la calle desde su local o garaje, éste ejecutase por su cuenta el arreglo de la acera, y muchas veces lo hacían con inclinación incorrecta y materiales deficientes o incluso invadiendo la vía pública simplemente colocando un pegote de cemento para ahorrarse casi todos los gastos».

Y el resultado después de tantos años, según valoraron desde el Ayuntamiento, «es que muchas calles tienen irregularidades y desniveles con pegotes de asfalto, hay aceras con inclinaciones peligrosas, se retiene suciedad en esos puntos y, además, el resultado urbano es que hay muchas calles totalmente irregulares y antiestéticas».

El gobierno municipal se ha propuesto solucionar esta cuestión con tres tipos de medidas. La primera es que las obras nuevas de urbanización que ejecute a partir de ahora el Ayuntamiento, van a contemplar los arreglos dejando el acceso correcto reparando las aceras. En este sentido, las obras de reurbanización de calles de todo el Barrio Sur que pretende realizar el Ayuntamiento con la ayuda de la Diputación Provincial ya contemplan esta actuación.

La segunda medida va a estar incluida dentro de la nueva ordenanza de vados que se va a tramitar, y contempla que cuando se apruebe la solicitud de vado, el Ayuntamiento concederá, además, la licencia para ejecutar la obra necesaria, con el plano, materiales y demás detalles necesarios para que el vecino ejecute el proyecto correctamente. Si el vecino no ejecuta la obra tal como lo ordene el Ayuntamiento, no se podrá obtener el vado, que sólo podrá retirarse del Ayuntamiento con la supervisión favorable del rebaje realizado.

Por otro lado, si la acera se deteriorase por el uso de los vehículos, el titular del vado estará obligado a realizar las obras necesarias para repararla, ya que en caso de no hacerlo daría lugar a la anulación del vado.

La tercera medida que se pone en marcha es la retirada de cualquier pegote de cemento que se coloque en la vía pública previa apertura del expediente de disciplina urbanística e imposición de la multa correspondiente.

César Asencio destacó que «la finalidad de estas medidas es ir eliminando gradualmente estos rebajes o accesos a vados ya existentes a cargo del Ayuntamiento, ya que el Consistorio ha sido tolerante con esas actuaciones, pero, por otro lado, se establece una regulación seria y objetiva para impedir que estas irregularidades se sigan produciendo en el futuro».