El declive del sector pesquero ha desembocado en que el volumen de ventas de pescado y marisco de la Bahía de Santa Pola sea similar ahora y hace diez años.
El descenso del consumo de pescado freso propiciado por la crisis económica es una de las principales razones que achaca la Cofradía de Pescadores a la situación actual.
Desde la institución pesquera de Santa Pola destacaron que a este obstáculo va ligado el incremento de las ventas de los congelados y el aumento de la competencia desleal, lo que provoca la entrada de pescado de otros países a precios más baratos.
Sin embargo, según la Cofradía de Pescadores, este estancamiento de ventas en el puerto de Santa Pola también se explica por el continuo incremento del precio del combustible para hacer funcionar cada día a la flota pesquera y el elevado coste que supone el mantenimiento de los barcos.
Una de las consecuencias de todo ello es la progresiva disminución de las embarcaciones en el municipio que gira en torno a un 30% y 40% debido a las obligaciones que dictan las normativas europeas de sostenibilidad, tal y como señaló el patrón mayor de la entidad, Ángel Luchoro, quien ya destacó que «ha destacado que uno de los problemas para el sector sigue siendo el precio del género que continúa muy estable y adaptado a la demanda».
De esta manera, la Cofradía de Pescadores registró el pasado año un volumen de ventas de 2.614.000 kilos de pescado y marisco en general. Unas cifras que han supuesto económicamente para la institución santapolera unos 14.120.000 euros.
Sin embargo, desde la Cofradía de Pescadores señalaron que esta cantidad se sitúa en la línea de los últimos diez años y que varía ligeramente por los paros biológicos.
Deuda de la Generalitat
A estas dificultades, se unen los pagos que tiene el sector pendiente de cobro desde el 2013. Según la Cofradía, el Consell debe a los armadores alrededor de 400.000 euros por los paros biológicos correspondientes al año pasado. A esto se suman las ayudas pendientes de modernización y parada definitiva por desguace que solicitan los marineros. Mientras que, la Generalitat Valenciana acumula una deuda de 250.000 euros con la Cofradía de Pescadores de un convenio que firmaron hace dos años para apoyar al sector.
