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El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), dependiente del Ministerio de Fomento, ha iniciado la colocación de las vigas del viaducto que salva la línea de ferrocarril convencional Alicante-Murcia, la autopista AP-7 y la carretera CV-904 en las inmediaciones de Crevillent. El viaducto forma parte de las obras del tramo Crevillent-San Isidro, correspondiente a la línea del Ave Castilla La Mancha-Comunidad Valenciana-Región de Murcia.

La infraestructura ha sido diseñada como una estructura singular de la línea de alta velocidad a su paso por la Vega Baja y el Baix Vinalopó, que atraviesa la zona de El Realengo, y presenta una gran complejidad técnica, según informa el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias.

Las obras del Ave en el tramo Crevillent-San Isidro-Albatera cuenta con un presupuesto de 74,4 millones de euros y una longitud de 7,3 kilómetros.

Entre las características técnicas más significativas del viaducto destaca su longitud de 1.825 metros y trazado en curva. Dispone de 49 vanos con luces que van de los 37 a los 40 metros. Su tablero es de 14 metros de anchura y está formado por vigas de tipo artesa de 2,7 metros de canto y losa de compresión hormigonada "in situ" sobre prelosas de encofrado.

Desde Adif se indica que con las obras del viaducto "se da un paso muy importante" en el avance de las obras del Ave al sur de la provincia de Alicante.

Las ayudas concedidas por la Unión Europea para la construcción de Ave Madrid-Castilla La Mancha-Comunidad Valenciana-Región de Murcia ascienden a 1.952 millones de euros. El Banco Europeo de Inversiones participa también en la financiación de este proyecto.