Tras haber ejercido como director de un taller de empleo de Pilar de la Horadada y haber sido profesor de Formación Ocupacional, Diego García releva a María José Cerdá para dirigir la Escuela Taller de Santa Pola. Una entidad que forma actualmente a 35 alumnos.

¿Cómo afronta el nuevo cargo?

Estupendamente, vengo de una temporada como director en un taller de empleo en Pilar de la Horadada y conozco el funcionamiento de este trabajo. Estoy poniéndome al día, conociendo Santa Pola y empapándome de este proyecto.

¿Cuáles son los proyectos que van a desarrollar este año?

Vamos a empezar una plaza en la calle Logroño, junto al polideportivo Silvia Martínez. Se trata de una obra bastante grande que nos va a ocupar casi un año. En el Castillo Fortaleza seguiremos restaurando el mobiliario que hay en el museo. Además, estamos acabando los detalles de domótica del barco museo Esteban González para instalar sonidos que simulen la realidad de una embarcación como tal.

¿Qué reto se plantea en este mandato?

El reto de una escuela taller está en los chavales, en darles una formación. Los alumnos son estudiantes menores de 25 años, la mayoría sin la ESO. Por lo tanto, nosotros tenemos una labor educativa muy importante que consiste en animarlos a seguir estudiando o a que afronten un trabajo cuando terminen. En la escuela taller aprenden unas actitudes o hábitos muy importantes, donde, además, tratamos de que tengan "empleabilidad".

¿Qué posibilidades de inserción laboral tienen los alumnos?

Los jóvenes no lo tienen nada fácil, pero depende de la iniciativa de cada uno. Una de nuestras premisas es especializar a los alumnos. Tenemos como objetivo abrirles un camino para que en la medida que se diferencien tengan más facilidad para encontrar empleo.Esa es una de las claves.