Disminuir cualquier gasto con el fin de hacer la cuesta de septiembre más llevadera. En pleno inicio del curso escolar, las familias han de afrontar gastos relacionados con el material, ropa, autobús.... pero, sobre todo, los libros se llevan la gran parte del presupuesto. Por esta razón, varios colegios de Santa Pola se han sumado a la iniciativa de crear bancos de libros para reutilizar los textos escolares de un año a otro.

El colegio Virgen de Loreto y el Cervantes son dos ejemplos de centros educativos en los que los alumnos ceden su material para que éste pueda ser utilizado por otros estudiantes en el próximo curso.

Y, precisamente, la Oficina Municipal de Voluntariado ha sido una de las encargadas de impulsar esta iniciativa, que fue aprobada por el Consejo Escolar el pasado mes de abril. "Es una medida que trasladamos a los directores de los colegios, con el objetivo de poner a disposición un grupo de voluntarios en los centros para restaurar los textos y para decidir cuáles se entregan y cuáles se desechan según sea su estado de conservación", apunta Mati Quislant, responsable de la entidad. El tradicional método del trueque es la medida que la Oficina Municipal de Voluntariado impulsó para que todos los estudiantes recibieran la misma cantidad de libros que donaban.

De esta manera, la agrupación municipal se ha encargado de editar trípticos para informar al alumnado de la importancia de la reutilización. "Este primer año hemos escogido a los colegios Cervantes e Hispanidad como centros pilotos y así poder extender la iniciativa a más lugares el próximo curso", comenta Quislant.

Sin embargo, pese a la aprobación total de la medida en el Consejo Escolar, según la responsable de la Oficina Municipal de Voluntariado, ha habido una falta de apoyo y concienciación de los padres para emprender el proyecto tal y como se acordó con los profesores en los inicios. "Nosotros quisimos encargarnos de la restauración de los textos escolares, pero, finalmente, han sido los propios colegios los que han tomado las riendas y han impulsados por ellos mismos los bancos de libros", explica Mati Quislant.

Con ello, tras esa labor de sensibilización con los niños para que aprendan a respetar el material con el fin de aprovecharlos otros alumnos, la Oficina Municipal de Voluntariado se ha marcado como reto el próximo curso escolar llegar a más colegios de la localidad.

Material para ludotecas

La reutilización de los libros ha llegado hasta los oídos de algunos vecinos que conservaban ejemplares sin darles uso desde hace tiempo. Según Mati Quislant, algunos particulares se han dirigido a la Oficina Municipal del Voluntariado para donar sus textos, que serán facilitados a la ludoteca infantil recientemente abierta en el barrio de Pablo Iglesias.