Alrededor de 3.500 flamencos han elegido como "destino vacacional" el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, uno de los humedales más importantes de España y que resulta crucial en la distribución geográfica de la especie a nivel europeo.

Las características de este paraje natural facilitan la estancia de la especie, la más numerosa en el parque junto a las fochas, ya que sus aguas tienen una gran cantidad de zooplancton, el cual se genera en las balsas donde abunda la artemia salina -crustáceo braquiópodo del que se alimentan-.

La colonia de flamencos ha encontrado en estas lagunas las condiciones idóneas de salinización -80 gramos de sal por litro de agua- y una profundidad de agua perfecta para establecer sus espacios de nidificación.

La presencia del flamenco común (Phoenicopterus ruber) durante todo el año -en invierno la cifra desciende hasta el millar de ejemplares- permite la reproducción de la especie, si bien hay que remontarse a 2001 cuando la nidificación alcanzó una máximo de doscientos polluelos.

Este descenso de los últimos años, según ha explicado a Efe uno de los técnicos del parque Ernesto Pérez, no representa ningún problema porque estas variaciones se deben a cambios aleatorios en los ciclos migratorios.

"Hoy hay 4.000 mil pero mañana puede haber 10.000", ya que las migraciones no se pueden controlar", ha añadido el técnico.

El parque santapolero está dentro del área de distribución geográfica de la especie en el Mediterráneo Occidental, segunda zona mundial en cantidad de flamencos por detrás del sur y sudeste de Asia, por el que se reparten alrededor de 80.000 ejemplares entre Camarge (Francia), Fuente de Piedra (Málaga), el Delta del Ebro y las citadas salinas, entre otros.

La directora del enclave natural alicantino, Paloma Gómez, ha señalado que el flamenco es "el símbolo emblemático de las lagunas" y que establecer una cifra concreta de los que hay "es muy complicado, ya que varía cada año".

En ese sentido, cuestionada sobre la planificación de seguimiento o anillamiento de las aves que habitan en el parque ha explicado que "es muy complicado, ya que no se dispone de personal suficiente para realizar esa tarea".

No obstante, la responsable de las salinas ha añadido que "existe una población estable, acostumbrada a estar aquí incluso en invierno y que, en ocasiones, anidan dentro de la salinera del Braç del Port", otra de las zonas alicantinas.

El principal adversario de esta especie es la acción humana, que causa la destrucción de su hábitat utilizando la tierra para otros propósitos o alterando de manera indirecta los procesos naturales (profundidad o calidad del agua).

A ello hay que añadir el plumbismo, que es un envenenamiento producido al ingerir las aves los perdigones de plomo procedentes de los cartuchos utilizados por los cazadores.

Respecto a la influencia de las salineras privadas en el desarrollo medioambiental del parque, Gómez ha indicado que son "imprescindibles" para el mantenimiento de este y que los beneficios que obtienen son "todos, es decir, si estas productoras de sal no estuvieran trabajando en esta zona, el parque no existiría, ya que el ambiente cambiaría completamente".